Ya lo dice el refrán: "En abril, aranceles mil. Y los tontos ya no caben en un barril". Empezamos el mes con el cambio de hora. ¡Me preocupa! Me preocupa que, junto a las campanadas de fin de año, esto demuestre la idocia de los españoles que, año tras año, visibilizan su incapacidad para enterarse de "lo de los cuartos" o de lo del reloj (Tik tok, Tik tok...) "si a las dos serán las tres, o a las tres serán las dos". El personal necesita semanas para acostumbrarse al cambio de hora. Es como el "jetlag" de los pobres. Algunos lo aprovechan para justificar sus retrasos, aunque ahora se lleva más decir eso de "es que me he liado en El Ventorro". En todo caso llevamos pocos días y yo ya no sé donde meter la pasta ahorrada por el cambio de hora. Después está lo del Emérito (o deberíamos llamarlo Emirito?) y Revilla; es decir, lo del Campechano, el Bribón, el Comisionista, el mataelefantes, el telepredicador navideño, el moderno Prometeo, que robó la democracia a los dioses para regalársela a los españoles...; y el cansino parlanchín. Ahora mismo, mi ilusión es que el Emérito se persone en el juicio del brazo de Froilán IV de la ESO y llame a Revilla "Caranchoa". En este duelo de octogenarios, el más rico le pide al otro 50.000 euros. ¡Qué torpe!. Podría haberle pedido algo que no tuviera en Abu-Dabi, como anchoas, vergüenza o dignidad. Para colmo, el padre aparece con la cara como un inglés después de su primer día de playa en Torremolinos, porque se ha achicharrado la cara esquiando. ¿Qué será lo próximo, hacerse ronchas en las pelotas de tanto rascárselas? Y Leonorcita es motivo de escándalo por bañarse en una playa en bikini en vez de con un refajo adornado con el Toisón de Oro, la banda de la Gran Cruz del Mérito Militar y el Collar de la Real y Distinguida Orden de Carlos III. Para colmo el bikini es catalán, sostenible y sólo cuesta 77 euros. ¿Dónde vamos a llegar? Yo le ponía aranceles a la estupidez humana. Ojo, que yo no me obsesiono con el tema. No soy como mi amiga Aranceli, que paga 15 euros por un café y un bollo en el Starbucks y ahora teme que le suban los huevos (Esto suena fatal). Entre los lugares afectados, dos islas, Heard y McDonald, donde solo hay pingüinos. Se entiende: El necio de Trump ha entendido que McDonald's iba así a obtener pingües beneficios. En fin, al ritmo al que va la actualidad, el incendio del Reichstag es ya el mes que viene. Y, mientras tanto, no te quejes de que te quieren silenciar las élites y comprueba antes si tú banco te ha devuelto el recibo del internet de este mes.
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