viernes, 2 de mayo de 2025

Cadenas de beneficio

En España vivimos en un perpetuo enfrentamiento a propósito de cualquier tema relacionado con el trabajo: jornada laboral, contratos, condiciones y cuantía del despido, subida del salario mínimo interprofesional... Si fuese por las organizaciones empresariales y los partidos de la derecha el mercado laboral seguiría anclado en la edad media y no habría trabajadores sino siervos. Cualquier cambio es percibido como una tragedia, como un apocalipsis. Para ellos "nunca es el momento" de mejorar las condiciones de los trabajadores. De nada sirve, por ejemplo, que los expertos digan que la subida del salario mínimo reactiva el consumo, crea empleo y disminuye el endeudamiento del país. Me pregunto si acaso podrían vivir con el ingreso mínimo quienes abogan por dejarlo tal como está. Estas actitudes negacionistas de los beneficios de las mejoras laborales crean curiosas y trágicas cadenas de quebranto social. El dominio de empleos temporales muy mal pagados no permiten desarrollar proyectos personales. Ello bloquea la emancipación de los jóvenes y les imposibilita plantearse cosas tales como fundar una familia. Los sueldos irrisorios convierten en una utopía su acceso a la vivienda. Pese a ello, los de siempre, se oponen a regular el mercado de alquileres, a declarar zonas tensionadas, a reducir los apartamentos turísticos, a favorecer la construcción de vivienda pública... Su solución: reducir impuestos, "liberar" suelo urbanizable, favorecer la construcción de vivienda privada... ¿Ya no nos acordamos de la burbuja inmobiliaria? Sueldos bajos y vivienda cara significa trabajadores dispuestos a ser explotados para poder pagar la próxima cuota de la hipoteca o el alquiler. Otro ejemplo. En enero el ayuntamiento de Sevilla, por exigencia de Vox, eliminó parte de los planes de igualdad, destinando el dinero de esos planes a un convento y a una ONG antiaborto. Ahora presentan la “Oficina de Atención a la Maternidad” cuya traducción al idioma de la calle se correspondería con “Chiringuito antiaborto para VOX" (otro chiringuito más, como las oficinas de atención a los "okupados" -sin apenas actividad- o el "Centro de Atención Integral Especializado para Hombres Víctimas de Violencia Sexual" de Ayuso) El alcalde lo justifica como una "magnífica iniciativa” para combatir el “brutal” descenso de la natalidad en Sevilla. Ésta detenta el trágico récord de tener los tres barrios más pobres de España, que un tercio de su población menor de 18 años se encuentra en situación de pobreza infantil y que su tasa de desempleo supere el 17%. Los 50.000€ anuales para la directora del chiringuito, no van a acometer los problemas de vivienda, ni de pobreza, ni de desempleo, ni de escolarización infantil... A estos "pro vida" sólo les interesa la vida fetal. Después los niños son sólo futura mano de obra a la que explotar, trabajadores que habrán de aceptar miserables condiciones laborales para poder vivir. Los problemas de muchos son la fuente de beneficio de algunos. ¿Para qué entonces solucionar problemas?

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