Campanadas en TVE. Durante la retransmisión, la humorista Lalachus, que hace tiempo se ha convertido en diana de los fachas por feminista, por "gorda", por estar con Broncano, y porque contra alguien deben proyectar su exceso de odio, muestra una estampita y, en tono humorístico, dice: "Yo siempre llevo encima mi estampita de la vaquilla del Grand Prix. Hemos crecido todo el mundo viendo el Grand Prix y creo que tú y yo, y muchísima gente, estamos hechos de cachitos de tele". ¿Algún problema? Pues sí, que la célula permanente de vigilancia de las buenas costumbres, la tradición y la moral nacionalcatólica de Abogados Cristianos -que nunca descansa- estaba ojo avizor y no se le escapó -al contrario que a millones de españoles, ocupados en ordenar sus uvas- que la estampa de la vaquilla estaba inspirada en el Sagrado Corazón de Jesús. Y se desató la venganza. Las asociaciones ultraconservadoras de Abogados Cristianos y Hazte Oír, que no saben si defender primero las libertades o perseguir a los herejes contra sus creencias cristofascistas, ya se han querellado contra los responsables de la gravísima afrenta a sus creencias. A ellos no les molestan las imágenes similares donde el protagonista es Fernando Alonso, Nadal, El Fary o hasta Belén Esteban. Es más, veneran el cartel con Ayusita caracterizada como una Virgen Dolorosa. Pero la propuesta de una gorda feminista y roja..., ¡Vamos hombre! Y, a partir de ahí... El "presi" de la Conferencia Episcopal se despacha diciendo que "me entristece que con la coartada de la libertad de expresión y los excesos de las fiestas, TVE haga burla del símbolo del Corazón tan querido por todos los católicos" ¿Todos? Qué lastima que esté ultra sotanado no haya aprovechado las fiestas para acordarse, por ejemplo, de los niños que sufren en Gaza, o de los que se ahogan frente a Canarias, o de las familias desahuciadas, o de las que van a recoger la comida de Navidad a una ONG. No, le preocupa la broma del dibujo de una puta vaquilla con un corazón en la mano. Una “blasfemia” que requiere de una contundencia que -por cierto- jamás merecieron los cientos de miles de niños abusados por sacerdotes en todo el mundo. Los fachas denuncian porque, con un poco de "suerte", algún juez meapilas les hará caso y conseguirán su propósito: coaccionar y coartar la libertad de expresión. Hasta el "sabio" José Manuel Soto ha terciado en el tema. ¡Pobres ofendiditos, cuánto sufren! Uno entiende que tengan que liberar su odio..., hasta en estas fiestas. ¡Perdón, en estas navidades!
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