El fascismo apesta. Y lo peor es que ya está en todas partes. Está en los parlamentos, en los medios de comunicación, en programas donde se supone que la gente va "a divertirse" y en otros que comenzaron vendiendo paparruchas para "amantes del misterio". Está en la barra del bar del barrio, en las gradas del fútbol, en los comentarios de la pescadería, en la actitud de quienes prefieren navegar en la ignorancia aconsejada por el predicador de turno que sale en cualquier red social o hace política desde el púlpito. Está en esa pequeña burguesía que hoy, temerosa de fantasmas inexistentes, se ha refugiado en la covacha del egoísmo esperando que escampe sin sufrir un solo rasguño. Está en los comentarios del alcalde de Torre Pacheco al relacionar delincuencia y emigración y en todos los que le aplauden. Está en los ignorantes que creen que es buena idea expulsar a ocho millones de inmigrantes, sin reparar en que esta sociedad sería incapaz de subsistir sin la mano de obra que viene de fuera y carga sobre sus lomos con los trabajos más penosos, desagradables , mal pagados y, al mismo tiempo, necesarios. Los que cultivan la tierra, recogen las cosechas, nos sirven en los bares, limpian nuestras casas, cotizan a la seguridad social o acompañan y limpian el culo a los ancianos que nosotros no queremos cuidar. El fascismo está en los que organizan y participan en cacerías contra el diferente. El fascismo es un monstruo que no perdona, que carcome sociedades, destruye la ética y arrasa con todo lo que encuentra a su paso. Y sus huellas tardan décadas en desaparecer.
miércoles, 16 de julio de 2025
domingo, 13 de julio de 2025
Señores con traje
Últimamente no paran de metérseme imbéciles con traje en el ojo. Bueno, también idiotas vestidos de patriota de la señorita Pepis. A poco que intento informarme aparecen ahí, con sus corbatas rojas y sus trajes oscuros, manejando el cotarro como nunca imaginaron, Así es imposible hacer una vida normal entre la gente digna y cabal de este planeta. Resulta muy complicado abordar lo importante, lo necesario y lo urgente, cuando en cualquier momento, en cuanto te descuidas, pumba, un imbécil con traje te agrede la retina y el alma. Una deriva del sistema que quizás no nos esperábamos es este vivir permanentemente pendientes de las ocurrencias de un puñetero puñado de patriarcas idiotas. Que, repeinados y mirando a cámara, denuncian a los tribunales que persiguen a los genocidas o reivindican el nobel de la paz para sí mismos mientras la sangre gotea bajo sus manicuras. Que sus ocurrencias arrasen hogares, separen familias, cancelen el futuro de territorios enteros, o hagan tambalear economías nos lo presentan como normal, Claro que se puede argumentar que nada tiene de ocurrencia idiota este genocidio programado en Gaza, o este supremacismo blanco de toda la vida. Que hay un plan detrás muy sofisticado para avanzar hacia este (des)orden mundial es muy evidente para quien quiera verlo, Pero a río político y social revuelto, ganancia de pescadores fachas.. Demasiado a menudo se confunde la falta de escrúpulos con la inteligencia.
viernes, 11 de julio de 2025
Comprensión lectora de los políticos
En el mundo de la política ya parece dar todo igual. Ya no hay límites ni líneas rojas más allá del objetivo de hacerse con el poder. ¡Como sea! Las caras más visibles ya no son elegidas por sus méritos o carrera política. Se busca sobre todo que sean agresivos perros de presa, que no se inmuten cuando mientan y que no tengan escrúpulos morales. Quizá lo mínimo que se le puede pedir a un político –más allá de una presupuesta decencia– es que, por lo menos, entienda lo que lee. Pues ya ni eso. Un ejercicio, el de la comprensión lectora, que resulta vital para el desempeño profesional y cuyo aprendizaje comienza en primaria, comienza a ser ajeno a las competencias de muchos de nuestros políticos. Sólo hay que oír algunos de los discursos de Ayuso. Resulta difícil contener la risa. "Lady Quirón" lee torpemente sus discursos. Los recita como si de un Padre nuestro se tratara. Es su habitual homilía para sus feligreses incondicionales, hecha de ira, bulos y mentiras. De su lectura atropellada es inevitable extraer una conclusión, a saber; a duras penas entiende lo que lee. O no se molesta en una lectura previa. O ambas cosas. Y no es el único caso. En otros muchos discursos las palabras, todas gruesas y malintencionadas, se suceden en sus bocas como si fluyeran a borbotones. El guion (o la soflama) que tienen entre las manos parece cobrar vida propia y son incapaces de domar sus significados. No es necesario, nadie lo espera, es sólo alpiste para incondicionales o alimento para los titulares de los medios afines. Se limitan a pronunciar –no sin ciertas dificultades– cada una de las palabras que alguien les escribe, pero sin captar su esencia. Me da que éstas "dificultades discursivas" anuncian una nueva dimensión idiomática donde la coherencia es innecesaria y la verdad superflua. ¿Para qué expresarse correctamente si, total, las taras en materia de comprensión oral y escrita de esta sociedad crecen como la espuma. Nuestros políticos empiezan a leer como nuestros monarcas.
martes, 8 de julio de 2025
Ya está aquí el fascismo
La maldad, disfrazada de desprecio y rechazo violento a las ideas y valores que no coinciden con los tuyos, cotiza al alza y se empieza a percibir como normal. En las redes sociales, esa maldad también arraiga, y se traduce en grosería, insultos, actitudes miserables y odio incontenible. Preocuparse por los demás sin interés alguno, ser pacifista, apoyar la ayuda a los más desfavorecidos..., en definitiva, no ser un perfecto egoísta, es denostado como "buenismo" por la extrema derecha, que cultiva el canallesco "sin complejos" para hacer lo que le venga en gana en cada momento e imponer su inhumana ideología. Decía Saramago que los fascistas del futuro no se parecerían a Hitler, no se disfrazarían de militares. Serían expertos en mentir sin escrúpulos para decir lo que la mayoría quiere oír. Hablarían de honradez, de trabajo, de familia, del orgullo de la patria, de buenas costumbres, religión y ética. Pero bajo esa apariencia se escondería el nuevo demonio que arrastraría a todos al odio y al enfrentamiento. Hoy, apoyado por el lobby homófobo, xenófobo, machista, racista y ultracatólico, el fantasma del fascismo recorre de nuevo Europa. En España, Vox habla ya de deportar a millones de personas; hombres, mujeres y niños. Muchas gente debería, primero, renunciar a su fe cristiana, segundo, dejar el egoísmo supremo y, después, leer un poquito de historia.
lunes, 7 de julio de 2025
Ciudad e infancia.
Hablando con cualquier persona mayor de 50 años sobre su infancia, seguramente en sus relatos emerja un escenario común: en ella la calle era el lugar donde transcurría gran parte de su tiempo libre. Hoy, sin embargo, los juegos infantiles brillan por su ausencia y la calle se ha convertido en un lugar de paso para los pequeños. A veces, incluso, en un lugar poco recomendable. No es sorprendente, y ello tiene que ver con múltiples causas entre las que no tienen poco peso los miedos. ¿Si hay adultos dispuestos a convertir su casa en un búnker a base de puertas blindadas, cerraduras inteligentes, cámaras de vigilancia y complejos sistemas de alarma, cómo van a pensar que la calle puede ser un sitio seguro para sus hijos? Así, ver a una niña o a un niño solos en el espacio público resulta una anomalía, casi un motivo de denuncia. Pero es que, además, para este puñetero sistema su presencia en la calle se vuelve, en muchos casos, molesta: se impide su acceso a restaurantes y hoteles, se les prohíbe jugar a la pelota en las plazas y su simple presencia -solos- en un comercio resulta "sospechosa". La ciudad está pensada, cada vez más, para consumidores y los niños no lo son de manera directa. ¿Cómo se convirtieron las calles en espacios hostiles para la infancia? Todo apunta a un modelo urbano que excluye a la infancia. Ciudades diseñadas para que circule con facilidad y velocidad el vehículo privado, que arrinconan los espacios peatonales o los reserva al exclusivo uso comercial, que reduce los espacios de juego, circunscritos a parques y poco más, donde los niños tienen que compartir o competir por el espacio con los perros. Mientras, metro a metro, el espacio peatonal es colonizado por las terrazas que ya lo ocupan y acotan a perpetuidad. A esto se añade, en los barrios más deprimidos, un deterioro del espacio público que genera lugares atravesados por la violencia y la desigualdad. La invisibilización de la infancia en el espacio público sucede a la vez que se construye una narrativa tan idílica como cínica sobre el mundo infantil. Pero este relato tiene una cara sombría e inhumana, que oculta la voluntad de excluir a cierta infancia: aquella que proviene de los sectores más empobrecidos. Se trata, generalmente, de adolescentes y migrantes racializados, que son rechazados de plano. Recordemos el pánico moral que se ha creado alrededor de los “menas”, que llevó a Vox a pedir que se les prohibiese sentarse en las paradas de autobús en un barrio de Madrid. Es la criminalización de la infancia pobre. Para algunos el lugar donde debe estar la infancia es el hogar, el espacio privado, la fortaleza frente al miedo y el lugar más seguro para adoctrinar a voluntad.
jueves, 3 de julio de 2025
El tontico de todos los tiempos
Estoy hasta el gorro de esos periodistas de tres al cuarto que se emperran en demostrar que todo lo que sucede tiene que ser extraordinario. Menos ellos. Suelen ser impacientes, gesticulantes en exceso y gritones, disfrutan en lo superficial, no entienden mucho de casi todo y se creen muñidores de la maravilla. Y para demostrarlo acuden constantemente a expresiones del tipo "de la historia", "de todos los tiempos", "desde que se recuerda", "desde que hay registros"... El -llamémosle- tontico de todos los tiempos tiene algo de tontico de pueblo que mira pasar a la gente admirado, de numerólogo aficionado, palizas y cebador de gorrinos. El tontico de los récords cuenta todo en cifras y valora la importancia de cualquier acto por su importancia numérica. Más allá del número se queda sin argumentos. Si el asunto del que tiene que hablar no bate récords el tontico entra en pánico, se amustia y su noticia pierde brillo e interés. El tontico de todos los tiempos ha mamado de los "triunfadores" la visión empresarial del mundo. Sus referencias son los emprendedores y medio libro sobre Steve Jobs que se leyó un verano en la playa. Eso le ha hecho entender que el crecimiento lo es todo, que la esencia de las cosas no está en su naturaleza, sino en su volumen y cantidad. Lo importante es que el número de referencia supere al anterior. Por eso abusa de frases del tipo "más de diez mil personas.. .”, "el cincuenta por ciento más...", "de los que se tienen registros...". Hay una convicción en el tontico de todos los tiempos que dice que lo que no crece desaparece. Y es que el tontico no sabe que el tiempo es una cosa y "todos los tiempos" es otra más complicada. A fin de cuentas, el tontico de todos los tiempos quiere ser coetáneo del descubridor, conocido del conquistador, cronista de lo insólito y testigo de la hazaña. En el fondo tiene miedo al vacío y es víctima de una modernidad cuantificada. El tontico de todos los tiempos envía cartas de amor en un Excel. Y así le luce el pelo.
miércoles, 2 de julio de 2025
Fuenteovejuna
¿En qué momento los jóvenes, que en teoría deberían ser rebeldes y progresistas, se han tornado ultraconservadores? Al menos en materia política. Ello es posible porque, en política, uno no es solamente lo que piensa, ni lo que siente, ni lo que dice. En política, uno es -sobre todo- lo que consigue para los demás y lo que hace por los demás. Y claro, en un mundo cada vez más individualista, más egoísta, más ignorante... En Almagro se representa Fuenteovejuna, la obra donde Lope hablaba hace más de cuatro siglos de violencia, poder y justicia colectiva. De abusos, de cobardía, de miedo al poderoso, de mujeres que gritan... ¡Qué poco hemos avanzado! ¿Qué, por qué? Porque el Informe Juventud en España muestra que sólo el 41% de los hombres jóvenes apoya el feminismo. Un 23% afirma que la violencia de género es un invento ideológico. Lo que suponíamos pasado –el desprecio, la negación, el miedo disfrazado de superioridad– se revitaliza en redes sociales, dicho a boca llena por determinados referentes sociales. Lo peor, con todo, no es la ignorancia, sino el entusiasmo con que se repite. Los mensajes que niegan la violencia machista, que difunden la xenofobia o el ultranacionalismo, así como ideas retrógradas se extienden entre los jóvenes españoles. En la actualidad, la derecha es para una cantidad importante de jóvenes la opción más "rebelde" y "antisistema". ¿Se puede ser más ignorante y autolesivo?. Hemos creado generaciones que creen haberlo inventado todo pero ni siquiera han leído lo esencial. Pero el mundo, ya se sabe, no avanza en bloque. Hay quien, por ejemplo, continúa en pleno 1619. Unos quieren mejorar el futuro, otros descubren el fuego. Esperemos que ese fuego no nos queme a todos.