Quisiera no perderme
detrás de los espejos,
tener siempre presente
la voz que me reclama
y que trasciende esta ceguera.
Quisiera ser gaviota, solamente,
vivirme en el reflejo
que contiene, tan solo, luz y aire,
destello que mantiene su equilibrio
cuando todo se deshace.
Sentir que puedo nacer,
de nuevo, a cada instante,
desnuda de etiquetas y artificios,
redimida, en cada aliento,
de complejos procesos mentales.
Saber que hay un espacio
que contiene, tan solo, lo importante,
el hálito perdido
que separa, en cada trance,
la vida de la muerte.
Quisiera sólo ser humano,
a veces, solamente,
despedir esta penumbra
que habita y que persigue
ser esencia en nuestra mente.
Quisiera no perderme,
no perderme, solamente.