lunes, 22 de diciembre de 2025

Proyefelicita3

 Quisiera no perderme

detrás de los espejos,

tener siempre presente

la voz que me reclama

y que trasciende esta ceguera.


Quisiera ser gaviota, solamente,

vivirme en el reflejo

que contiene, tan solo, luz y aire,

destello que mantiene su equilibrio

cuando todo se deshace.


Sentir que puedo nacer,

de nuevo, a cada instante,

desnuda de etiquetas y artificios,

redimida, en cada aliento,

de complejos procesos mentales.



Saber que hay un espacio

que contiene, tan solo, lo importante,

el hálito perdido

que separa, en cada trance,

la vida de la muerte.


Quisiera sólo ser humano,

a veces, solamente,

despedir esta penumbra

que habita y que persigue

ser esencia en nuestra mente.


Quisiera no perderme,

no perderme, solamente.

Proyepoema2

 Olvidemos que los relojes laten

a un ritmo que no comprendemos.

Recordemos que todo tiene un nombre,

que las emociones más hermosas

suelen permanecer escondidas y calladas.


Contemplemos como los árboles

pierden sus hojas y, de nuevo,

resucitan a la vida.

No caigamos en las redes 

de esos seres que venden sus sueños

y entregan su misterio

al prosaico proyecto del poder y el dinero


No olvidemos nunca el color

de todos los ojos que hemos amado,

los caminos que, en otro tiempo,

nos llevaron a algún sitio deseado.


Nunca olvidemos que hemos vivido a veces

en un mundo de silencios y de olvido

Pero tampoco que siempre hay palabras

que pueden convertirse en poesía

y hacernos vivir la rareza de ser libre

en un mundo de sumisos.


Olvidemos los dolores

que hemos causado y los que hemos sufrido

y sintamos en nuestro interior

nacer jazmines que llenan

de fragancias el abismo.


Te deseo que conozcas la importancia

de todo lo que vale una mirada,

que te sumas en un mundo

de cristales de colores y amapolas

que te hablaban de alegrías.


Te deseo que renazcas a una nueva vida,

de miradas amables y poesías,

que recuerdes que aún eres un niño,

que aún puedes

despertarte en el olvido cada día

y abrazar la esperanza.

domingo, 21 de diciembre de 2025

Proyepoema

 Sé que es muy difícil

no quedarse suspendido en el invierno,

porque hay días en los que el gélido viento

es capaz de ahogar nuestra esperanza

de encontrar el manual de supervivencia

en los días sombríos.

Sé que es muy difícil

comprender que hay otro reto

que es posible y que discurre paralelo.


Sé que hay corazones

que han creído que hay delirios,

hechos ansias de grandeza,

que son ciertos,

y han vestido de futuro

tanta sombra contenida en este ahora.


Sé que, aunque lastime,

es siendo nadie como puedo

cada día reencontrarme.


Convertido en este olvido

he recordado mi ignorancia

y he vencido esta tristeza,

cual lucero, imperceptible,

en la mañana.


Asumido el desafío

de no ser nada aparente

he encontrado este camino

de palabras y luciérnagas latientes.


Una estela que me muestra

que, en lo frágil de esta mente

que sostiene el universo,

existe un puente que convierte en primavera 

la falacia de este invierno.


Sí, eso es tener alma de niño

y no dejar de recordarte.


Navidad 1

A mi, en llegando estas fechas, me asaltan las dudas y me atenaza el miedo. Paso noches en vela preguntándome cómo debo felicitar para que no me dejen la cara como un espumillón colorao. Te puedes encontrar a uno de esos puristas que critican que la gente se disfrace en Halloween porque la consideran una fiesta pagana ajena al cristianismos y, en Navidad, se atrincheran detrás del musgo del belén y se ofenden y encabronan con todo aquel que osa utilizar la fórmula "Felices Fiestas" en vez de "Feliz Navidad" Si dices "Felices Saturnalias" puedes ser directamente breado, insultado, vejado y finalmente linchado en la plaza pública del purismo navideño. Estos puristas de la Navidad suele ser amantes de la inauguración de alumbrados navideños en manga corta, de amigos invisibles, de cenas de empresa, de regalos de Papá Noel a gogó, de Santa Claus y su "poético" Jo, Jo, Jo y el villancico de Mariah Carey hasta en la sopa, de cabalgatas de Reyes que ya cuesta diferenciar de pasacalles o desfiles de carnaval... ¡Que locura! Pero como digas -por convencionalismo, por respeto, Felices Fiestas, te crujen vivo por descreído, por ejercer de Grinch, por ser un moñas... Y entre los del barrio de al lado ocurre lo contrario: como no digas "Felices Saturnalias" te miran como si fueras Pepe Isbert descompuesto buscando a Chencho. Así que yo, cuando dudo de la fórmula que más gusta a mí interlocutor, suelto un claro y rotundo "Feliz", me echo mano al gaznate, pronunció un casi inaudible "...es" y un inteligible "Nafidalias", mientras simuló comerme un alfajor. Y no os podéis hacer una idea de lo bien que cuela. Una vez intenté decir ¡Merry Christmas! con la técnica del alfajor y quedé como Cagancho en Almagro. No os lo aconsejo.



Mi navidad

En mi Navidad no habita ningún Grinch, aunque puedo prescindir de adornos, luces y villancicos. En mi Navidad está muy bien visto trasmitir buenos deseos y tener buenos propósitos. En mi Navidad se valora mucho el esfuerzo por mostrar nuestro mejor yo, aunque desearía que eso no tuviera fechas. Mi Navidad no quiere ser sólo un sucedáneo de paz, ni deseársela a los hombres y mujeres de buena voluntad sólo con una frase hecha. Mi Navidad desea marcar un tiempo de amor compartido que no tenga fecha de caducidad. Mi Navidad aspira a que la vida sea tan bonita, que no nos haga falta crearnos otras falsas. Mi Navidad cree en repartir con justicia lo que tenemos, y no cree en propinas ni limosnas para calmar conciencias, sino en las acciones solidarias de la buena gente. Mi Navidad no cree en promesas de planes póstumos, quiere que hagamos planes para aquí y ahora donde quepamos todos. Mi Navidad cree en un mundo donde podamos vivir juntos en armonía, sin dejarnos engañar ni autoengañarnos. Mi Navidad entiende que muchos hombres y mujeres se sientan temerosos en su ser y amenazada su tranquilidad y opten como vía de escape por volver a ser niños.

Mi Navidad no piensa en un solo niño, piensa en todos los niños inocentes y desvalidos que hoy sufren. En cualquier lugar. Mi Navidad no piensa solo en un pobre portal, sino en todos los lugares del mundo donde nuestro egoísmo e indiferencia ha sembrado la pobreza. Mi Navidad no piensa en las ofrendas de pastorcillos, sino en el trabajo desinteresado de tanta gente solidaria que en el mundo hay persiguiendo mejorar un poco la vida de los más necesitados. Mi Navidad, cuando mira en un pesebre a María y José, ve también a madres que luchan por mejorar la vida de sus hijos y a padres preocupados por su futuro, porque alguien les pueda arrebatar la dignidad. En mi Navidad solo quiero un regalo: un reloj que sepa detenerse en los mejores momentos de nuestras vidas. En mi Navidad hay espacio para el recuerdo emocionado en los que antes ocupaban las sillas que hoy permanecen vacías pero cuyos dueños nos siguen contemplando y protegiendo.

En mi Navidad sólo expreso un deseo, que mi corazón sea lo suficientemente grande para acoger el recuerdo de todos a los que quiero. La Navidad es lo que cada uno decida crear como reflejo de sus valores, sus deseos, sus sentimientos, sus cariños o sus ilusiones. Mi Navidad sabe que este es un tiempo único para sentirse niño, aunque sólo sea por unos días. Ojalá ese espíritu inocente que habita a los niños permaneciera en nosotros cuando se apaguen las luces de colores.

sábado, 20 de diciembre de 2025

El Cairo

Aún no ha amanecido. Una brisa ligera sopla desde el Nilo. El viento arrastra un leve tufo a agua estancada y pobreza antigua. No sé exactamente dónde estoy pero todo huele a su suburbio. Sólo hombres y niños pueblan la calle a estas horas. Son parte de un decorado. Permanecen quietos o deambulan pero todos tienen esa mirada perdida de la desesperanza. Los niños no juegan, no son niños. Parecen aburridos, taciturnos. A la espera de una oportunidad que saben que nunca llegará. Ya saben lo que el futuro les depara: trabajar 18 horas diarias por un salario miserable con el que apenas podrán alimentar a sus familias; remendar la pobreza para permitirse el único lujo que esta sociedad les permite: subsistir. El capital se ha adueñado de casi la totalidad de cada una de sus vidas. Con el único objetivo de que sigan produciendo para que otros consumamos. El resultado es la unión, eslabón por eslabón, de la sólida cadena del esclavismo en torno a sus tobillos. Viven en una tierra sin oportunidades donde el sol, que otrora fuera un dios, luce ahora sin brillo cumpliendo un horario laboral, iluminando el escenario donde los hijos de su tierra serán precarizados y explotados para el beneficio ajeno. Los barrios del viejo Cairo huelen a resignación, a amargura y sueños incumplidos. Aquí no se conjuga el futuro, porque las historias inspiradoras vienen de sitios lejanos, son excepcionales dentro de un sistema que condena a la bancarrota económica, y lo que es peor, a la moral, a la mayoría de esta gente. Un anciano se para y agarra con fuerza su mugriento bastón. Su mirada, que es un océano de tristeza, se dirige al fondo de la estrecha callejuela, cubierta por sombras perpetuas. Desesperado, busca una rendija de luz con que mirar a su nieto adolescente. Este, mientras, intenta afrontar las durezas y fealdades existenciales de las que no le hablaron en una niñez. No puede. Los ojos de su abuelo, carcomidos por la vida, lloran.

miércoles, 10 de diciembre de 2025