Prácticas asociadas al tema 11
PRÁCTICA Nº 1
En el mapa se representa la distribución
de la propiedad agraria por provincias. Conteste a las siguientes preguntas:
a) ¿En qué provincias la gran propiedad
supone más del 50% del total de la propiedad agraria?
b) ¿Son sinónimos "gran
propiedad" y "latifundio"?. Si no lo fuesen cuáles serían las
diferencias.
c) Explique las causas de las que deriva
esta distribución y las consecuencias principales que se han derivado de ella.
a) Guadalajara, Cáceres, Badajoz, Ciudad
Real, Albacete, Jaén, Córdoba, Sevilla, Huelva y Cádiz.
b) No, no son sinónimos. El primer término
hace referencia a la estructura de propiedad de la tierra y el segundo a la
estructura de las explotaciones, es decir a las unidades técnico-económicas de
la que se obtiene los productos agrarios.
Aunque históricamente han coincidido
gran propiedad y latifundio, puede darse el caso de latifundios compuestos de
distintas propiedades más pequeñas que son explotadas en régimen indirecto (por
ejemplo, arrendamiento), de forma que una zona en la que predomina la pequeña
propiedad pudiese tener un paisaje de latifundios. También puede darse el caso
contrario: una zona de gran propiedad muy parcelada y explotada en régimen
indirecto, dando lugar a un paisaje de pequeñas explotaciones o minifundios.
c) Las causas de esta distribución proceden de factores naturales y,
sobre todo, de los procesos históricos de ocupación del territorio y su
evolución posterior.
El minifundio es
propio de regiones con una baja densidad de población y hábitat disperso o
mixto, y/o zonas montañosas con un relieve accidentado y suelos de poca
calidad, lo que limita la superficie cultivable y la fragmenta, favorece la
actividad ganadera y forestal y, además, la abundancia de agua no exige la
concentración en torno a la presencia del recurso.
El latifundio se
origina en la mitad sur de España en relación con el proceso de Reconquista y
Repoblación. El reparto de tierras beneficia a la nobleza, las Ordenes Militares
y la Iglesia. Posteriormente las desamortizaciones consolidan la gran
propiedad, pues los compradores –burgueses- ya tenían condición de
propietarios.
El resultado de ambos procesos fue
una concentración notable de la propiedad y la proletarización del
campesinado (jornaleros), al haber más personas y menos tierras que labrar.
Así, el antiguo latifundio se relaciona con cultivo extensivo, bajo rendimiento
y jornaleros con paro estacional. De hecho, la desigualdad en la distribución
de la tierra estuvo en la base de las agitaciones campesinas y las demandas de
reforma agraria, puesta en marcha en la Segunda República, pero anulada tras la
Guerra Civil.
Fenómenos económico-sociales más
recientes han modificado también la estructura de la propiedad, caso del éxodo
rural y el abandono de la actividad agraria por los más jóvenes. En ocasiones
el resultado es la venta de pequeñas propiedades que pasan a formar parte de
otras que, así, aumentan su extensión.
La prueba es que en los últimos
cincuenta años se ha reducido mucho el número de explotaciones mientras ha
aumentado la superficie media de las mismas. Con ello se ha corregido en parte
el problema de la pequeña propiedad, pero a costa de acentuar el del exceso de
parcelación.
Los latifundios
tradicionales aportan consecuencias económicas negativas, ya que
muchos propietarios practicaban una agricultura extensiva basada en la
explotación de los jornaleros, una masa de mano de obra abundante y barata con
escaso poder adquisitivo, lo que no permitía el aumento de la demanda y por
tanto de la industrialización. Ello, además, impide el desarrollo de una clase
media agraria.
Estos sistemas extensivos de los
latifundios, que por sí mismo daban grandes beneficios, impedían la
modernización agraria, perpetuando un sistema de bajos rendimientos,
infrautilización de la tierra, baja capitalización, bajo nivel tecnológico y
una mano de obra empleada en condiciones precarias y, en consecuencia, con bajo
nivel de vida, lo que estuvo en la base de las luchas obreras campesinas.
El minifundio, por su parte, también genera algunos
problemas: impide la agricultura competitiva, la mecanización y otras
innovaciones debido a sus bajos ingresos, creando en muchos casos una
agricultura poco evolucionada y casi de subsistencia. Su abandono propició el
despoblamiento de amplias zonas del interior norte peninsular.
PRÁCTICA Nº 2
El mapa representa los usos del suelo agrario. Analícelo y conteste las cuestiones siguientes:
a) Nombre todas las provincias que tienen una aportación equilibrada de agricultura y ganadería
b) ¿Qué relaciones pueden existir entre el uso agrícola y las condiciones naturales de España?
c) Comente los elementos predominantes en los paisajes de las áreas con mayor aportación ganadera. Enumérelos y distíngalos.
a) León, Zamora, Salamanca, Cáceres, Badajoz, Ávila, Toledo,
Guadalajara, Soria, Guadalajara, Zaragoza, Teruel, Huesca y Baleares.
b) La mayor aportación agrícola predomina en las áreas dominadas por
relieve de topografía llana y clima mediterráneo, caracterizado por altas
temperaturas en verano y una acusada aridez estival, además de la notable
irregularidad estacional e interanual de las precipitaciones. Esto hace
imposible la existencia de prados naturales, necesarios para el desarrollo de
la ganadería extensiva o mixta.
Dentro de esta zona existen distintos
tipos de cultivo en función de:
· La topografía local,
las diferencias térmicas debidas a latitud y altitud, y la posición costera o
interior.
· La
diferente distribución de recursos hídricos superficiales o
subterráneos.
· La
diversa calidad de los suelos.
Las áreas de mayor aportación
agrícola del levante y sur peninsular, se corresponden con suelos
arcillosos y calizos y con clima mediterráneo, factores que favorecen el
laboreo agrícola tanto extensivo como intensivo. El intensivo se concentra en
áreas del litoral costero, favorecido por las favorables condiciones
climáticas. El extensivo es más propio de las zonas de interior. En ambos casos
las mayores rentabilidades se relacionan con las prácticas del regadío.
Las zonas de levante presentan un
acusada déficit hídrico, lo que hace necesario el uso del regadío. La
predominante litología caliza en muchas de estas zonas permite la filtración
del agua y la consiguiente riqueza en aguas subterráneas, que constituyen un
soporte para el riego con aguas subterráneas.
En zonas como Álava, La Rioja y
Navarra las condiciones de clima y suelo y los regadíos del Ebro han permitido
el desarrollo agrícola, basado en el viñedo (Rioja) o los productos de huerta
con destino a la industria de conservas vegetales.
c) Los elementos predominantes en los paisajes
con mayor aportación ganadera son:
1. Las zonas con
mayor aportación ganadera son: Galicia, Asturias, Cantabria, la costa atlántica
vasca, Cataluña y, en la zona centro, las provincias de Madrid y Segovia.
2. Relieve: montaña media, menos apta para la
agricultura.
3. Clima, en general, húmedo, que favorece el
desarrollo de prados que ofrecen alimento para el ganado. Ello no es aplicable
a zonas de Cataluña y Madrid en las que hay un predominio de la ganadería
intensiva estabulada, destacando el porcino en Cataluña, relacionado con la
industria chacinera.
4. Vegetación: La ganadería se desarrolla
fundamentalmente en zonas en las que predomina la cubierta vegetal herbácea.
Ello no es necesariamente aplicable a la intensiva estabulada.
5. Estructura
de las explotaciones: La
ganadería extensiva puede estar ligada al latifundio, pero también –como ocurre
en Galicia- a pequeñas explotaciones de carácter familiar. Por su parte, la
ganadería intensiva estabulada concede poco valor al factor extensión.
6. Poblamiento: en estas zonas abunda, en general, el
poblamiento disperso o intercalar.
7. La
distribución de la cabaña ganadera: El ganado vacuno predomina en las regiones de la
España húmeda; el ovinopresenta un mayor grado de difusión sobre la
geografía española; el porcino esta, por una parte, ligado a
las grandes dehesas del oeste y suroeste peninsular, donde se cría en régimen
extensivo y, por otro lado, destaca en Cataluña, Castellón, Segovia, Murcia,
Toledo… en régimen de estabulación destinado al consumo a través de la industria
chacinera; los principales centros avícolas se relacionan con
los grandes centros de consumo: Comunidad Valenciana, Cataluña, Madrid…
PRÁCTICA Nº 3
El mapa representa los usos del
suelo agrario. Analícelo y conteste las cuestiones siguientes:
a) Nombre todas las provincias que
tienen una mayor aportación ganadera
b) ¿Qué relaciones pueden existir
entre el uso ganadero y las condiciones naturales de España?
c) Comente los elementos
predominantes en los paisajes de las áreas con mayor aportación agrícola.
Enumérelos y distíngalos.
a) La Coruña, Lugo, Orense, Pontevedra, Asturias, Cantabria, Vizcaya,
Guipúzcoa, Lérida, Gerona, Barcelona, Tarragona, Segovia y Madrid
b) Las áreas de mayor aportación ganadera corresponden
al norte y noreste peninsular. Se trata de una ganadería vacuna extensiva o
mixta, destinada a la producción de carne y leche, que pasta en praderas y
pastizales propios del clima oceánico de la España húmeda. Aquí, la ganadería
se ve favorecida por las lluvias abundantes y regulares, que permiten la
presencia prolongada de prados naturales. También el relieve es un elemento
favorecedor, tanto por su clima húmedo como porque las condiciones orográficas
y la mala calidad de los suelos, al dificultar la agricultura, favorecen
indirectamente la actividad ganadera.
En los sistemas montañosos ubicados
en el área de clima mediterráneo, especialmente en los de la mitad
sur peninsular, los pastizales tienen menor extensión y se reducen al fondo de
los valles y otras zonas húmedas, por lo que no favorecen el desarrollo
ganadero.
También existen pastizales en las
penillanuras zamorana-salmantina y extremeña, además de Sierra Morena, donde el
roquedo silíceo del antiguo zócalo paleozoico da lugar a suelos pobres,
dedicados en gran parte a dehesas de encinas y pastizales. En
relación con ello se desarrolla una ganadería extensiva o mixta de ovino,
porcino y, en menor medida, vacuno.
La presencia de las provincias
catalanas- sobre todo Barcelona- y de Madrid entre
las zonas de mayor aportación ganadera se debe, más que a las condiciones
naturales, a la producción intensiva e industrial destinada a la gran demanda
de los mercados de sus áreas metropolitanas.
c) Los elementos predominantes en los paisajes
con mayor aportación agrícola son:
1. Las zonas en las que
predomina una mayor aportación agrícola son: el cuadrante nororiental de la
submeseta norte, el valle alto del Ebro, las comunidades valenciana, murciana,
andaluza y canaria, y la mitad oriental de la submeseta sur.
2. Relieve: topografía de terrenos
fundamentalmente llanos, penillanuras, cuencas y depresiones, además de
llanuras costeras.
3. Clima: Todas las zonas tienen en común su pertenencia a la España mediterránea
seca, de ahí que se alternen cultivos de secano con otros de regadío.
4. Suelos: La agricultura ocupa preferentemente los suelos de la Iberia arcillosa
sedimentaria muy aptos para esta actividad (valles del Ebro y del Guadalquivir
–campiña-, levante peninsular y submesetas) y en menor medida suelos calizos
(aptos para el olivar). En ocasiones los suelos presentan un elevado grado de
erosión por la intensa explotación y el uso de malas prácticas agrícolas
(salinización por exceso de riego, quema de rastrojos…)
5. Vegetación: se trata de zonas en las que se ha sustituido
por completo la cubierta vegetal original por las especies de cultivo, buscando
optimizar económicamente el uso del suelo.
6. Paisajes: Son muy variados, presentándose
tanto los sistemas extensivos de secano y regadío como los intensivos. Merecen
mención especial las zonas de regadío, que han ido ganando
extensión hasta convertirse en uno de los principales soportes de la
agricultura española. Destacan las zonas de espacios ocupados por cultivos
forzados (invernadero, bajo plástico, enarenados…), entre las que
merecen ser citadas las del sureste peninsular.
7. Propiedad de la tierra: aunque con excepciones, es en estas
zonas en las que encontramos la mayor concentración de latifundios de España,
sin faltar (zona levantina) la pequeña propiedad vinculada a la agricultura
hortofrutícola intensiva.
8. Poblamiento: del mismo modo, es en estas
zonas donde nos encontramos con la mayor representación de poblamiento
concentrado de nuestro país.
Prácticas asociadas al tema 12
PRÁCTICA Nº 1
El mapa representa la distribución de
los diferentes paisajes agrarios de España. Analícelo y responda a las
siguientes preguntas
a) Diga el nombre de las provincias donde se localizan los paisajes
agrarios de la España húmeda (ganadera y forestal). Explique
algunas causas.
b) Explique los factores geográficos que condicionan la localización de
los paisajes de la España mediterránea cálida.
c) Deduzca de la información del mapa los cultivos dominantes que se
producen en el interior peninsular.
a) Pontevedra, A Coruña, Lugo, Orense, Asturias, León, Cantabria,
Palencia, Burgos, Vizcaya, Guipúzcoa, Logroño, Navarra, Huesca y Lérida.
Esta zona posee un relieve
accidentado, con escasas superficies llanas y clima oceánico, que
no propicia el desarrollo de muchos cultivos que requieren temperaturas más
elevadas y menores precipitaciones. Este clima, sin embargo, favorece la
presencia de prados naturales. Por eso la superficie
cultivada es poco extensa y tiende a especializarse en cultivos dehuerta
y plantas forrajeras para el ganado (alfalfa, maíz forrajero);
mientras la ganadería, sobre todo la bovina, destinada a la
producción de carne y leche en régimen extensivo o mixto, se ve
favorecida por los abundantes prados naturales, la demanda urbana de
productos lácteos y carne y la actividad agraria a tiempo parcial (requiere
menos mano de obra).
Las condiciones físicas también
favorecen la presencia de masas boscosas y la explotación forestal. Todo
ello conlleva el desarrollo de la actividad ganadera y forestal por
delante de la agraria.
b) Los principales factores son el relieve y el clima. El relieve es
llano en la llanura litoral –a veces muy estrecha-, la depresión del
Guadalquivir y la Cuenca del Guadiana, y algo más accidentado en las zonas
pre-litorales. El clima mediterráneo costero presenta precipitaciones escasas e
irregulares, acusada sequía estival e inviernos muy suaves térmicamente gracias
a la influencia del mar Mediterráneo y, a veces, al efecto de barrera que
respecto a los vientos fríos ejercen las cordilleras cercanas al litoral.
Aunque en las zonas interiores se rozan los inviernos fríos y no faltan las
heladas, la suavidad del clima permite el cultivo de especies muy diversas. En
las zonas costeras estas características favorecen la producción hortofrutícola
a través de una agricultura intensiva (cultivo bajo plásticos, cultivos
tropicales, fresa…).
Otro factos a tener en cuenta es el de
los suelos, preferentemente arcillosos y muy aptos para la agricultura
(campiñas béticas, regadíos de Badajoz…) y en menor medida suelos calizos
En algunas zonas factores históricos
(sistemas tradicionales) y humanos como la elevada densidad del poblamiento
explican paisajes como el de las huertas de Valencia y Murcia.
c) En el interior peninsular, los
secanos extensivos han estado dominados por la llamada trilogía
mediterránea: los cereales, la vid y el olivo. En el pasado,
en los secanos los cereales rotaban con barbecho y/o con leguminosas, además de
estar ocupados por cultivos como la vid y el olivo, bien como monocultivos o
asociados a otros aprovechamientos.
En la actualidad, el trigo ha sido sustituido en
parte por la cebada; y el barbecho, gracias al regadío y al uso de abonos
químicos, se ha reemplazado por las rotaciones con cultivos industriales que
utilizan el girasol como cultivo de descanso. Esta tendencia choca con la
reforma de la PAC, que, para acceder a las ayudas, obliga al agricultor a dejar
en barbecho una parte de la superficie y ha reducido las ayudas al girasol.
Los cereales predominan en Castilla y
León, mientras que el olivar y la vid cobran importancia en Castilla-La Mancha,
Aragón y Extremadura. El viñedo destaca en La Rioja y Navarra por su calidad y
extensión.
En cuanto a los Regadíos
Mixtos, de las huertas tradicionales se ha pasado a cultivos
industriales. El regadío ha permitido diversificar la producción: plantas
industriales como la remolacha azucarera, el lúpulo y el tabaco; los forrajes,
como la alfalfa y el maíz, para la alimentación del ganado; y los cultivos
hortofrutícolas que son la bases de la industria conservera en tierras
riojanas, navarras y aragonesas del valle del Ebro.
PRÁCTICA Nº 2
En el mapa se representa la distribución
de las áreas de regadío. Con su información conteste a las preguntas:
a) Diga del 1 al 7 el nombre de las CC.AA. señaladas, afectadas por el
máximo regadío. Además, señale el nombre de todas las provincias que componen
la comunidad número 5
b) Deduzca de la información del mapa las posibles causas que explican
la localización de la agricultura de regadío en la Península Ibérica.
c) Enumere los cultivos predominantes en las tierras de regadío de
España.
d) Relaciona este mapa con el problema del agua en la actualidad en
España.
a) 1: Aragón; 2: Comunidad Valenciana; 3: Castilla-León; 4: Extremadura; 5: Castilla
- La Mancha 6: Comunidad Murciana y 7:Andalucía. CCAA
número 5: Guadalajara, Cuenca, Toledo, Ciudad Real y Albacete
b) La distribución espacial del regadío es
muy desigual. El mapa muestra cómo es casi inexistente en la España húmeda
mientras que en las zonas secas es abundante.
La localización del regadío en la
Península atiende a las siguientes causas:
● La zona norte corresponde
al dominio climático atlántico. Sus precipitaciones,
abundantes y regulares, son suficientes para mantener la actividad agraria.
Además, por su relieve y la abundancia de pastos, está más orientada hacia la
ganadería y la explotación forestal. Así, apenas es necesario el regadío.
● La zona interior
peninsular corresponde al dominio mediterráneo. Las
lluvias son escasas e irregulares y los veranos largos, secos y calurosos. En
estas condiciones se impone la agricultura extensiva de regadío (cereal,
vid, olivo, girasol… ), mantenida gracias al agua procedente de las
grandes cuencas interiores (Duero, Tajo, Guadiana) y depresiones exteriores
(Ebro y Guadalquivir), ligada a la red de embalses, que junto a los suelos
arcillosos de gran fertilidad, la mecanización y la demanda de cereales-pienso
y de cultivos industriales, favorecen su rentabilidad.
● El área más densamente ocupada por
el regadío es la Depresión del Ebro, con un clima continentalizado
de precipitaciones muy escasas, con valores anuales casi
subdesérticos en algunos puntos, lo que exige la presencia del regadío.
● También la aridez del levante
peninsular impone una agricultura de regadío. En general, en el área
litoral mediterránea se da el regadío intensivo, por reunir
favorables condiciones físicas (temperaturas suaves, suelos apropiados) y
humanos (mercado nacional e internacional, buenas comunicaciones…).
c) Los principales cultivos de regadío serían: el arroz,
la remolacha, verduras y hortalizas (zanahoria, lechuga, pimiento,
tomate…), frutales (cítricos, frutales de huerta como la
fresa), legumbres (lentejas, garbanzos, judías), plantas
forrajeras y algodón (a la baja)…
d) ·El problema principal reside en que, en
general, los territorios que más agua necesitan son los que
presentan déficit hídrico y algunas de las zonas que más han potenciado el
regadío (Levante), tienen balances hídricos muy deficitarios. Por eso sus
necesidades de agua provocan la sobreexplotación de sus aguas superficiales y
subterráneas (sobrexplotación de sus acuíferos) y conflictos
de uso con otras demandas (urbanas, turísticas, industriales…).
Para resolver estos problemas han de
recurrir a trasvases de otras cuencas, lo que exige enormes
inversiones y genera problemas políticos y enfrentamientos entre CC.AA.
·En un país con frecuentes problemas de
abastecimiento de agua, el regadío consume más del 75% del total de agua,
siendo frecuente su uso todavía poco racional por el empleo de técnicas y
métodos obsoletos o poco adecuados.
·El riego, por exceso o mal uso, provoca graves daños medioambientales,
destacando la salinización del suelo, la sobreexplotación de
acuíferos, los daños a zonas húmedas o la contaminación de las aguas por el mal
uso de productos químicos de uso agrícola.
Sin embargo, la extensión del
regadío se justifica por su alta rentabilidad: una hectárea
regada produce seis veces más que una de secano (más aún en el caso de
los cultivos de invernadero y bajo plástico) y por su contribución a las
exportaciones de productos hortofrutícolas y al desarrollo rural:
mantiene la actividad agraria, genera empleo agrario e industrial (industria
agroalimentaria) y eleva la renta de las zonas rurales.
PRÁCTICA Nº 3
El mapa representa la distribución de
los diferentes paisajes agrarios de España. Analícelo y responda a las
siguientes preguntas:
a) ¿Qué provincias peninsulares están
ocupadas, en todo o en parte, por los sistemas agrarios propios de la España
Mediterránea cálida?
b) En relación con los sistemas y
paisajes agrarios de la España Húmeda, comente cuáles son las características
de su medio físico de, cuáles son los usos del suelo en ella dominantes, sus
principales cultivos y aprovechamientos y sus paisajes agrarios dominantes.
c) A la vista de la información del mapa
comente las características generales de los sistemas y paisajes agrarios de la
España mediterránea cálida.
a) Girona; Barcelona, Tarragona; Castellón;
Valencia; Alicante; Murcia; Almería, Granada; Málaga; Cádiz, Huelva, Sevilla, Córdoba,
Jaén y Badajoz.
b) En esta zona el medio físico está
caracterizado por un relieve montañoso con pocas llanuras y fuertes pendientes
y un clima oceánico: temperaturas suaves y abundantes precipitaciones.
Por eso, los usos del suelo son primordialmente
ganaderos, a base de ganado vacuno orientado a la
producción de leche y, en segundo término, carne. En Galicia son explotaciones
de tipo familiar, poco rentables, pero en el resto de la vertiente cantábrica
se han modernizado desde nuestra entrada en la U.E.
Los cultivos más
importantes en esta zona son maíz, patata, hortalizas, frutales, vid y plantas
forrajeras para el ganado, explotados en régimen de policultivo tradicional.
La explotación forestal es
importante y se destina fundamentalmente a la madera y pasta de papel.
Los paisajes agrarios presentan una
estructura caracterizada por el dominio de pequeñas propiedades,
explotadas en régimen directo, muy parceladas y cercadas por
setos (paisaje de bocage), lo que dificulta la mecanización
y -por lo tanto- la rentabilidad. Además domina un poblamiento disperso o
intercalar a partir de caseríos, aldeas, parroquias y pueblos.
c) Esta zona ocupa -además de Baleares- la franja
litoral mediterránea (hasta los relieves interiores), la costa atlántica
andaluza, la depresión del Guadalquivir y los regadíos de Badajoz. Físicamente es
un espacio de tierras llanas, con un clima de inviernos suaves, veranos
calurosos y reducidas precipitaciones.
En gran parte de la costa hayamos un
espacio caracterizado por el desarrollo de una agricultura intensiva de alta
productividad que coexiste con actividades no agrarias, especialmente las
vinculadas al turismo.
El hábitat rural se
caracteriza por una población numerosa, tradicionalmente dispersa en la zona de
Levante, mientras que en el valle del Guadalquivir aparecen grandes pueblos o agrociudades.
Domina la pequeña propiedad en
la costa y en las zonas regadas, mientras que en el secano pueden ser
propiedades pequeñas o medianas en Valencia, Murcia, Cataluña y Andalucía
oriental, y grandes en la occidental.
En este dominio, y desde el
punto de vista de los usos y aprovechamientos distinguimos tres zonas:
Cataluña. Acoge una agricultura intensiva y
especializada orientada al mercado, basada en los cultivos hortofrutícolas y la
vid, y una ganadería estabulada e industrial (porcino, vacuno). En el delta del
Ebro destaca el cultivo del arroz.
El levante acoge un regadío intensivo –derivado de
la huerta tradicional- de elevados rendimientos, donde junto a los productos
hortícolas destacan los cítricos y los frutales.
Andalucía, donde se diferencia la Andalucía
litoral, que alberga buenos ejemplos de agricultura intensiva:
cultivos de enarenados bajo plásticos en Almería; subtropicales en Granada y
Málaga; o fresa en Huelva. Por su parte, las campiñas béticas comparten, en un
marco de gran propiedad, hábitat muy concentrado y suelos –a veces- de gran
calidad (bujeos), el uso cerealista con el girasol y otras plantas
industriales, sin faltar el olivar que, no obstante, tiene en las subbéticas su
espacio de natural desarrollo.