sábado, 15 de diciembre de 2018

Definiciones del tema 7

Definiciones del tema 7

1.      1. *Censo de población: Recuento de la población de un país en un momento determinado. Recoge datos demográficos, económicos y sociales de la población. En España se realizan cada 10 años. A partir de 2011 se sustituyó la encuesta universal por la utilización de los registros de población existentes (padrón municipal, seguridad social, registros civiles, ministerio interior, etc.) y sobre lo mismo se realiza una encuesta-muestreo sobre una parte de la población (en 2011 en torno al 12%).
2.    Crecimiento natural de la población o crecimiento vegetativo: expresa la variación del volumen de una población durante un periodo de tiempo debido al balance entre nacimientos y fallecimientos. El índice de crecimiento vegetativo pone en relación el CV absoluto con el total de la población.
3.   *Densidad de población: relación entre el número de personas y el espacio que ocupan. La medida más sencilla, la densidad de población bruta, es el número de personas por km2.
4.    Saldo migratorio: diferencia entre la inmigración y la emigración para un territorio y un período de tiempo determinado. Junto con la suma del saldo vegetativo nos da el incremento (o descenso) de la población absoluta.
5.    * Tasa bruta de mortalidad: Relación que existe entre el total de defunciones de una población durante un cierto período y la cantidad de población media estimada para el mismo. Se obtiene multiplicando el número de muertes habidas en un año por mil y dividiendo el resultado por la población media estimada para ese mismo año. Se expresa en tanto por mil.

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6. * Tasa bruta de natalidad: Relación que existe entre el número de nacimientos producidos en un territorio durante un cierto período -generalmente un año- y la cantidad de población media estimada para el mismo. Se obtiene multiplicando el número de nacimientos habidos en un año por mil y dividiendo el resultado por la cantidad de población media estimada para el mismo. Se expresar en tanto por mil.

7.Tasa de mortalidad infantil: relación entre el número de fallecidos menores de un año con el total de nacimientos que tiene lugar en un año. Se suele expresar en tanto por 1.000

8.  Transición demográfica: Paso del antiguo sistema demográfico, caracterizado por elevadas tasas de natalidad y mortalidad, que originaban un lento crecimiento, a un sistema demográfico moderno de nuevo equilibrio, con un lento crecimiento, pero ahora debido a unas tasas de natalidad y mortalidad reducidas. Entre ambos periodos tendría lugar una fase de transición de elevado crecimiento, consecuencia de un descenso de la mortalidad, anterior al de la natalidad.
 

TEMA 7: Evolución y distribución de la población española

TEMA 8. EVOLUCIÓN Y DISTRIBUCIÓN GEOGRÁFICA DE LA POBLACIÓN ESPAÑOLA
1. LOS EFECTIVOS DEMOGRÁFICOS Y SU EVOLUCIÓN.
1.1. La población española antes del siglo XX
España entra en el siglo XIX con un régimen demográfico antiguo: Altas y sostenidas tasas de natalidad, cercanas al 40‰; una elevada e irregular mortalidad, superior al 30‰, un crecimiento vegetativo muy débil y una pobre esperanza de vida entre los 33 y los 35 años. Otros hechos característicos eran la elevada mortalidad infantil (en torno al 50‰) y la mortalidad catastrófica, relacionada con las hambrunas provocadas por la pérdida de cosechas, las epidemias y las guerras (independencia, carlistas, coloniales…) En estas condiciones, a momentos de crecimiento le seguían otros de retroceso, sobre todo cuando se dispara la mortalidad catastrófica.
 Las causas que explican las altas tasas de natalidad son el predominio de una economía y sociedad tradicional, en la que los hijos eran mano de obra que ayudaban a sostener la economía familiar y debían sostener a los padres en su vejez, además de la inexistencia de sistemas eficaces de control de la natalidad.
 Por su parte, las causas que explican las altas y oscilantes tasas de mortalidad son las miserables condiciones generales de vida, responsables de una alimentación inadecuada que debilita el organismo y lo sobreexpone a la enfermedad y a la muerte; las malas condiciones médico-sanitarias y las pésimas condiciones higiénicas (carencia de los servicios de agua potable, alcantarillado, recogida de basuras…)
Aunque tarde, España experimentará a principios del siglo XX el fenómeno de la transición demográfica, pasando del régimen demográfico antiguo al moderno: En 1900 las tasas de natalidad y mortalidad se mantenían muy altas, mientras la esperanza de vida era muy baja, elementos propios de una demografía tradicional. En 1980 se había más que duplicado la esperanza de vida y España llegó a tener tasas de natalidad y mortalidad de las más bajas del mundo, entrando en una situación de crecimiento cero.
En líneas generales España mantuvo un alto ritmo de crecimiento durante todo el siglo XX, duplicando su población entre 1900 y 1980, pero en la evolución de la población española desde 1900 podemos distinguir dos periodos: la primera mitad del siglo XX y desde 1950 hasta la actualidad. (Ver gráfico 1)

1.2. Evolución en la primera mitad del siglo XX (1900-1950)
Hasta finales del XIX el crecimiento de la población española fue lento debido al moderado descenso de la mortalidad y a que existieron fuertes corrientes migratorias a América. Sin embargo, la primera mitad del XX se caracteriza por un alto ritmo de crecimiento. Esto se explica por situarnos entonces en la primea fase de la transición demográfica, donde la mortalidad cae significativamente y la natalidad sigue alta.
(Gráfico 2)
La caída de la mortalidad se debió a la mayor disponibilidad de alimentos (gracias a la revolución agraria y de los transportes) y la mejora de las condiciones higiénicas y sanitarias, que permiten una reducción drástica de la mortalidad infantil, pese a que se dieron episodios de mortalidad catastrófica: gripe de 1918, Guerra de Marruecos, Guerra Civil…
La neutralidad española durante la primera Guerra Mundial favoreció el despegue económico: desarrollo de la industria estimula el éxodo rural, lo que significa un descenso de la población rural y el crecimiento urbano. Es a partir de entonces cuando se rompe el equilibrio tradicional entre el campo y la ciudad. En 1910, la población rural española era casi del 50% y en 1970 eran ya de sólo el 22'%. Esto influirá en la dinámica natural de la población, porque la población urbana presenta menores tasas de natalidad, pero sobre todo, de mortalidad.
1.3.- Evolución desde la segunda mitad del siglo XX
En la segunda mitad del XX alcanzamos el actual régimen demográfico, caracterizado por bajas tasas de natalidad y mortalidad y un bajo crecimiento vegetativo. En esta fase distinguiremos a su vez tres etapas:
1.3.1.- Desde los cincuenta a los setenta. La mortalidad sigue bajando mientras la natalidad sigue alta, (sociedad todavía muy tradicional). A principios de los 60 se produce el Baby boom español, relacionado con la mejora económica tras el fin de la autarquía y el desarrollo industrial del país. Sin embargo, el incremento de la natalidad no se tradujo en un crecimiento real de la población debido a la fuerte corriente migratoria de españoles a países europeos que resto efectivo poblacionales.
1.3.2.- Desde 1970 a 2007 Entramos en el Nuevo Régimen demográfico debido al estallido de la Crisis del Petróleo(1973) y el inicio de la transición democrática. Amos hechos provocan una fortísima bajada en la tasa de natalidad, que llega a ser, en los años 90, de las menores de Europa y hace que la tasa de hijos por mujer quede lejos del nivel de reemplazo generacional (2,1).
Las causas que explican esta drástica reducción de la natalidad son diversas: Crisis del Petróleo, progresiva incorporación de la mujer al mercado laboral, despenalización de los anticonceptivos, disminución de la influencia religiosa, aumento del nivel de vida y cultural, cambio de mentalidad de la sociedad española y el diferente significado económico de los hijos.
Por su parte, la mortalidad se mantiene en tasas bajas durante este período, si bien desde 1.981 ha aumentado ligeramente debido al envejecimiento de la población, pasando de cifras inferiores al 8‰ a 9,8‰ en 2007. Las causas de la mortalidad general han cambiado: disminuye la importancia de las enfermedades infecciosas y aumentan las llamadas “tres c”: enfermedades cardiovasculares, cáncer y accidentes de carretera.  (ver gráfico 3)
La baja mortalidad no impide que durante las décadas de los 80 y 90 el crecimiento vegetativo o natural en algunos años sea negativo. Este llegó a ser de sólo el 0,9‰, pero se recuperó por el efecto que la inmigración de extranjeros, que contribuyó a aumentar la tasa natalidad y disminuir la de mortalidad.
Fenómenos migratorios como el retorno de nuestros emigrantes desde finales de los 70 y el comienzo de la inmigración en la década de los 90, explican que en esta fase haya un crecimiento global de la población: En 1970 había en España 34 millones de personas y en 2011 se sobrepasaban los 47 millones.
Los años entre 2001-2007 son los de más importante crecimiento de toda nuestra historia gracias a la inmigración, ya que el crecimiento vegetativo siguió bajo, pese a que se frena la tendencia a la caída de la tasa de natalidad, especialmente por el diferente comportamiento natalicio de las mujeres inmigrantes.
1.3.3.- Desde 2007 hasta la actualidad
Desde 2008, debido a la crisis, los comportamientos demográficos vuelven a variar y el crecimiento se desacelera. La inmigración se reduce, mientras que rebrota la emigración (tanto por el retorno de inmigrantes, como por los jóvenes españoles). Por otra parte la tasa de natalidad de las inmigrantes comienza a acercarse a la de las españolas. Además, la crisis hace que se desplome la natalidad, e incluso ha provocado un pequeño repunte de la mortalidad. Todo ello hace que volvamos al crecimiento cero, de hecho, la población de España comenzó a disminuir en 2012, manteniendo esa tendencia hasta 2016, año en la que la población española experimentó un modesto crecimiento (algo menos de 90.000 personas) hasta situarse en los 46.529.000 habitantes.
Pese a ello, el primer semestre de 2017 continuó con la tendencia negativa registrada en los dos últimos años, donde la mortalidad supera a la natalidad: entre enero y junio de 2017 nacieron 187.703 personas (un 6,3% menos que en el mismo período del año anterior) y murieron 219.835 (4,5% más).
1.4. Perspectivas de futuro.
 El crecimiento vegetativo se mantendrá a niveles bajos. Sólo una profunda debacle económica-social o podría propiciar una elevación sustancial de la mortalidad, por lo que está tasa se mantendrá baja o aumentará levemente debido al envejecimiento de la población. La de natalidad también es previsible que se mantenga en niveles bajos o muy bajos mientras se prolongue la crisis económica.
Los movimientos migratorios son una incertidumbre. Las altísimas tasas de paro provocadas por la crisis económica hace que se haya frenado la recepción de inmigrantes, mientras que se multiplican los retornos y aparece una modesta salida de españoles, en muchos casos con alto nivel académico.
2. LA DENSIDAD Y LA DISTRIBUCIÓN ESPACIAL.
    2.1. Evolución de la distribución.
Hasta el siglo XVIII la tendencia de la distribución espacial de la población en España estuvo marcada por dos hechos: Las regiones más pobladas eran las del norte y levante y se mantenía el predominio de la población rural frente a la urbana. Pero desde el siglo XIX se inicia un proceso de progresiva pérdida de población en el interior –a excepción de Madrid- y el mundo rural y de aumento poblacional de la periferia y el mundo urbano, fenómeno que continua en la actualidad. Entre las causas del fenómeno podemos señalar la industrialización en Cataluña, País Vasco y Asturias o las altas tasas de natalidad de Andalucía y Galicia.
Entre 1900-1970 se acentúa el desequilibrio demográfico entre el interior y el exterior. En ello tuvieron mucho que ver los movimientos migratorios internos, que se produjeron en dos fases:
*Entre 1900-1950 la población tiende a abandonar las zonas rurales para desplazarse hacia las capitales de sus provincias que, de esta manera, comienzan a crecer de manera notable.
*A partir de los años 50 la migración interna sale tanto de zonas rurales como de capitales, y se dirige hacia las provincias más desarrolladas del país: Madrid, Barcelona, Valencia, Bilbao... Así, entre 1950-1970 casi todas las provincias españolas acabaron teniendo saldos migratorios negativos.
El resultado de este fenómeno creará en España dos zonas totalmente diferenciadas:
·       Las provincias costeras, con economías más diversificadas y ricas (industria, turismo, servicios…) que presentan un mayor crecimiento demográfico, sobre todo desde los años 50.
·       El interior peninsular, que se convierte en un espacio poco habitado y con grandes vacíos demográficos, sobre todo en la zonas rurales. Sólo se salvan las capitales regionales.
Desde 1970 no cambia sustancialmente la tendencia. Así, el interior sigue perdiendo peso demográfico, pero este fenómeno también comienza a afectar al norte peninsular (País Vasco, Asturias, Cantabria y Galicia), que al envejecimiento demográfico une los efectos de la severa crisis industrial, iniciada en 1973.
Por contra, Madrid, Levante, Andalucía, Murcia y Canarias siguen creciendo gracias a una población joven con altas tasas de natalidad y al retorno de los emigrantes españoles desde Europa.
2.2. Características generales en la distribución de la población.
En la actualidad podemos adjudicar a la distribución de la población española las siguientes características generales:
·       Aumento generalizado de la densidad de población. La densidad media para España es de 93 hab/Km2 (inferior a la media de la UE), pero con grandes diferencias entre comunidades y provincias.
·       Fuerte contraste entre un litoral fuertemente poblado y un interior semivacío. Prueba de ello es que casi la mitad de la población española se concentra en sólo 4 CC.AA: Andalucía, Cataluña, Madrid y Valencia. En la España interior hay grandes zonas con densidades por debajo de los 20 hab/Km2, mientras en las zonas costeras suelen superarse los 100 hab/km2. Finalmente, las densidades son muy elevadas en las áreas metropolitanas.
·       Concentración en áreas urbanas frente al despoblamiento de las zonas rurales.  Fue consecuencia del éxodo rural, aunque el fenómeno más reciente es el fuerte crecimiento de las zonas aledañas a las mayores metrópolis (Madrid, Barcelona…), por el “desbordamiento” de las mismas.
·       Fuertes densidades en la periferia, sobre todo en la costa mediterránea y las principales islas que desde los años 80 tienen un nivel de crecimiento mayor que la costa cantábrico-atlántica.
·       Progresivo vacío del interior, donde hay numerosos municipios por debajo de los 10 habitantes /km2. No obstante aparecen algunas áreas con municipios de elevadas densidades como Madrid y  su entorno y los ejes del Ebro y del Guadalquivir (Bailén-Andújar-Córdoba-Sevilla). 
3LOS FACTORES EXPLICATIVOS DE LA DENSIDAD Y LA DISTRIBUCIÓN.
Factores como el clima (más duro en el interior) y el relieve (sobre todo las zonas montañosas) influyen en la distribución de la población, pero son los factores socioeconómicos los que más pesan a la hora de explicar las diferencias en la distribución.
Hasta el siglo XVIII, debido al dominio de la actividad agraria, el interior estaba más poblado, pero a partir de ahí cambia la tendencia: la industria y los servicios ganan importancia y la población se desplaza a la costa. A partir de los 60 se consolidó esta tendencia a la concentración en la periferia, con las excepciones de Madrid y los valles del Ebro y del Guadalquivir. También los factores demográficos influyen en la distribución. El interior, con una población envejecida y víctima de la emigración, tiene menor crecimiento natural, frente a un litoral de población más joven y receptor de emigrantes, que crece más.
El desigual reparto espacial de la población española tiene que ver con los notables contrastes que pueden observarse entre diferentes espacios geográficos. Veamos las causas que lo explican en cada caso.
a)      Oposición costa – interior. Varios factores explican esta oposición:
o   La revolución agraria e industrial, con la mecanización, genera paro en el medio agrario –sobre todo en zonas de cultivo herbáceo del interior- e impulsa el éxodo rural.
o   La industria, factor decisivo en la revolución demográfica, se asentará desde el principio preferentemente en la costa(Cataluña, País Vasco, Asturias, Málaga…).
o   Determinadas decisiones políticas del franquismo, privilegiando industrialmente unas zonas de España sobre otras, también han contribuido al actual diseño de la distribución de la población.
o   Al vacío del interior contribuyó también la consolidación del transporte marítimo como el gran medio para el intercambio de mercancías, lo que favorece la actividad comercial en zonas costeras.
o    El desarrollo del turismo, motor d la economía española que, desde los años 60, se asienta sobre todo en el litoral mediterráneo y los dos archipiélagos, atrayendo ay dando empleo a gran cantidad de población.
o   En algunas zonas costeras mediterráneas las buenas condiciones climáticas han impulsado una agricultura intensiva de alto valor (huertas de Valencia y Murcia, cultivos bajo plástico en el levante almeriense, sector de la fresa onubense…) que ha atraído importantes flujos de inmigrantes.
o   La excepción de Madrid se explica por su capitalidad y centralidad.
b)      Oposición población rural y población urbana.
Las ciudades españolas de más de 100.000 habitantes no ocupan ni el 3% del territorio, pero concentran al 40% de los habitantes del país. El poder de atracción de la ciudad se basa en que ofrece mayores posibilidades de empleo, mejores servicios y comunicaciones, mayores posibilidades culturales y de ocio…. Por eso, a medida que nos alejamos de las ciudades grandes y medias, se observa un decrecimiento progresivo de las densidades de población y, por el contrario, las grandes ciudades han ido creando importantes áreas metropolitanas y conurbaciones. Ello evidencia que las áreas urbanas crecen más rápidamente que las rurales.
Paralelamente, la pérdida de importancia de la actividad agraria ha impulsado el éxodo rural, por el que la población se ha desplazado y concentrado en torno a los focos de la industria y los servicios.
Junto a la actividad económica, un factor muy importante en la distribución de la población en cada provincia ha sido la capitalidad administrativa, establecida en 1833 con la división provincial.
c)       Oposición Llanuras y montañas.
 Las áreas llanas presentan mayores densidades que las montañosas. Ello se debe a que las áreas de montaña han estado tradicionalmente menos pobladas y a que fueron más afectadas por el éxodo rural.
d)      Oposición Norte y Sur en el interior.
Dentro del interior peninsular, las densidades de población son más bajas en la mitad norte que en la mitad sur. En el norte existen un gran número de pueblos y municipios de pequeño tamaño. Sin embargo en el sur, el tamaño de los municipios es mayor, lo que ayuda a explicar una gran resistencia al despoblamiento, ya que ofrecen más cantidad de servicios y mayor calidad de vida. Hay pues, un fuerte contraste entre los municipios rurales de Castilla La Mancha y Andalucía, grandes y dinámicos, y los de Castilla y León, el interior de Galicia o Aragón. Estos contrastes también tienden a reproducirse en la costa: La franja litoral cantábrica es mucho menos dinámica que la mediterránea.

miércoles, 5 de diciembre de 2018

Prácticas seleccionadas para el 4º parcial

Para el examen del cuarto parcial del trimestre se seleccionan las siguientes prácticas:
TEMA 5 (Hidrografía, Las Aguas en España): Prácticas nº 2 y 3
TEMA 6 (Biogeografía; Las regiones biogeográficas en España): Prácticas nº 2 y 4

SE RECUERDA QUE ES OBLIGATORIO ENTREGAR RESÚMENES DE LOS TEMAS       (Mínimo dos folios por ambas caras recogiendo la totalidad del contenido del tema). Se aconseja, así mismo, la elaboración de esquemas para la preparación de las prácticas. Su entrega, en este caso, será voluntaria y mostrará que la práctica ha tenido un mínimo de preparación.

lunes, 3 de diciembre de 2018

Prácticas del tema 6

PRÁCTICA 1
El mapa representa las regiones biogeográficas de España. Analícelo y responda a las preguntas que se plantean:
a) Identifique las provincias correspondientes al área eurosiberiana.
b) Señale las principales especies pertenecientes al ámbito geográfico de Andalucía.
c) Explique las relaciones existentes entre las condiciones físicas del territorio y las diferentes regiones geográficas.
a) Las provincias correspondientes a la región eurosiberiana son las gallegas (A Coruña, Lugo, Orense y Pontevedra), León, Asturias, Cantabria, Palencia, Burgos, Álava, Vizcaya, Guipúzcoa, Navarra, Huesca, Lleida, Barcelona y Girona.
b) El territorio andaluz pertenece a la región biogeográfica mediterránea. Por tanto, su bosque climax es el perennifolio mediterráneo, formado por especies esclerófilas. Entre las especies arbóreas destacan la encina (Quercus Ilex) y el alcornoque, estando menos representados el quejigo (Quercus faginea), el castaño, los pinos, algarrobos, acebuches…Entre las especies invasoras destaca el eucalipto.
Este bosque mediterráneo posee un rico sotobosque de arbustos como el madroño, el durillo, la madreselva, el brezo.
La degradación de este bosque da lugar a dos formaciones arbustivas: La Maquia, donde –además de otras ya mencionadas- encontramos especies como la jara, el lentisco, la retama…; y la Garriga, donde la especie dominante es la coscoja, que convive con hierbas aromáticas como el romero o el tomillo.
En las zonas más áridas aparecen el palmito, el esparto, la aulaga, el hisopillo o las gramíneas
c) La diversidad biogeográfica tiene que ver de manera directa con las condiciones físicas del territorio, especialmente con factores como: el clima, sobre todo en relación con las condiciones de temperatura y precipitación, pero también con la insolación, la humedad, los vientos…;  el relieve (variedad topográfica, la altitud, la orientación…); las características litológicas; los tipos de suelos.
En este sentido, la Región Eurosiberiana coincide con la zona de clima oceánico, caracterizado por inviernos templados, veranos frescos, escasa oscilación térmica, un elevado nivel de precipitaciones regularmente distribuidas a lo largo del año, elevado grado de nubosidad, insolación reducida…; todo ello ligado a la influencia marítima y a la frecuencia con que la zona es visitada por las borrascas asociadas a las perturbaciones del Frente Polar.
Lo anterior, unido a unos suelos muy evolucionados y ricos en materia orgánica (tierra pardarankers y, terra fusca, permiten el desarrollo de una vegetación exuberante en base al bosque caducifolio cuya frondosidad reduce considerablemente el acceso de la luz solar hasta el suelo, dificultando el desarrollo de los estratos arbustivo y herbáceo.
El principal raso de la vegetación en la Región mediterránea  es su carácter perennifolio, que deriva de las exigencias de adaptación al medio que impone el clima, dado que el clima mediterráneo presenta unos inviernos suaves- salvo en las variedades continentalizadas- pero unos veranos largos y calurosos, además de unas precipitaciones escasas e irregularmente distribuidas, con una sequía estival muy acusada a la que se han debido adaptar las plantas desarrollando mecanismos para reducir la evapotranspiración y alcanzar la humedad del suelo. Por eso, la vegetación mediterránea tiene hojas pequeñas y de color cobre, y unas raíces extensas y profundas.
La riqueza florística de esta región deriva también de la variedad de tipos del clima mediterráneo, de la diversidad topográfica y de relieve y de la heterogeneidad de sus suelos. 
Respecto a la región macaronésica, la insularidad –que ha acentuado sus caracteres autóctonos, el poseer un clima subtropical, muy afectado por el Atlántico (corriente fría de Canarias), con temperaturas suaves todo el año y escasas precipitaciones compensadas con la humedad que aportan los Alisios, su orografía montañosa, sobre todo en las islas centrales y occidentales, y sus suelos de naturaleza volcánica, es lo que le hace poseer una gran variedad de especies vegetales y endemismos.

PRÁCTICA 2
El mapa representa la distribución del alcornoque en la Península ibérica. Analízalo y responde a las siguientes preguntas:
a) Señala el nombre de las provincias afectadas por las manchas rayadas verticalmente.
b) ¿Qué relación existe entre esta distribución y el medio natural de la zona afectada?
c) Explica qué actividades económicas están relacionadas con esta especie vegetal.

a) Huelva, Sevilla, Córdoba, Cádiz, Málaga, Granada, Ciudad Real, Badajoz; Cáceres, Salamanca, Toledo y una pequeña parte de Albacete.
b) La distribución del alcornoque está directamente relacionada con las condiciones naturales de suelo y clima, ya que necesita climas de inviernos suaves, donde las heladas sean débiles y precipitaciones superiores a los 600mm anuales, aunque tolerando la aridez estival.
Respecto a los suelos prefiere los silíceos, mostrándose intolerante con los calizos y arcillosos. Por eso lo encontramos sobre todo en la España silícea, preferentemente en el oeste peninsular, pero también puntualmente en áreas silíceas aisladas, como la Sierra de Grazalema, el Sistema Central, o la mitad norte de la Cordillera Costero-Catalana.
También podemos observar que la especie, en su distribución más meridional, busca las zonas elevadas, sierras o penillanuras, como ocurre en las provincias andaluzas. Ello significa que prefiere temperaturas no demasiado calurosas y un mayor grado de humedad, aunque de todas formas existen otros factores que explican esta distribución como la acción humana: han sido muy reducidos por el hombre de las zonas de topografía más suave para dar a éstas un uso agropecuario.
c) El alcornoque da lugar a dos importantes actividades económicas: la explotación forestal y la ganadera.
La más conocida es la extracción del corcho, corteza de este árbol, que se retira cada nueve o diez años para la obtención de materiales como el corcho, que es base para la fabricación de tapones, revestimientos, aislantes sonoros y térmicos o incluso para la industria del calzado, siendo España uno de los grandes productores de mundo.
También se ha hecho aprovechamiento forestal de su madera, que es dura y pesada, de buena calidad para tonelería y confección de herramientas y, por su gran resistencia a la pudrición, sumergida en agua, se la empleó mucho en construcción naval, sobre todo de pequeñas embarcaciones.
El alcornocal también se adehesa como el encinar. La formación de dehesas permite el aprovechamiento ganadero, sobre todo con la utilización de la bellota para la alimentación del ganado porcino, pero también para la cría de ovinos y bovinos, destacando el toro de lidia. Este aprovechamiento ganadero suele ser extensivo o mixto y es especialmente importante en el sur de Extremadura.
Aunque ya casi en desuso, hay que decir que sus taninos sirvieron para curtir pieles y su leña para la obtención de carbón vegetal.

PRÁCTICA 3
En el mapa se representa la extensión superficial de algunos árboles característicos de la vegetación española. Obsérvelo y conteste a las siguientes preguntas:
a) Indique el nombre de las Comunidades Autónomas donde se localiza, predominantemente, el alcornoque y cite las provincias en las que no hay encinas.
b) ¿Sobre qué zonas litológicas se extiende el alcornoque?
c) Explique las características de la encina que justifican su extensa distribución.
d) De las especies señaladas en la leyenda, diga las que forman bosques caducifolios y cuáles forman bosques perennifolios. Además, ¿Qué factores explican la mayor presencia de masas forestales en el oeste y norte de la Península?
a) Comunidades Autónomas donde se localiza el alcornoque son: Andalucía, Extremadura, Castilla-La Mancha, Castilla-León, Comunidad Valenciana y Cataluña.
Las provincias en las que no hay encinas son: A Coruña, Lugo, Ourense, Pontevedra, Asturias, Cantabria, Vizcaya, Guipúzcoa (ambas con matizaciones), Álava, León, Palencia, Santa Cruz de Tenerife y Las Palmas.
b) El alcornoque prefiere los suelos silíceos, mostrándose intolerante con los calizos y arcillosos. Por eso lo encontramos sobre todo en la España silícea, preferentemente en el oeste peninsular, pero también puntualmente en áreas silíceas aisladas, como la Sierra de Grazalema, el Sistema Central, o la mitad norte de la Cordillera Costero-Catalana.
c) La encina es una especie bien adaptada ecológicamente, por lo que puede aparecer en situaciones climáticas y edáficas muy diversas. Aunque prefieren los suelos silíceos también tolera los calizos y arcillosos, incluso los muy pobres, desde el nivel del mar hasta cerca de 2000 metros en Sierra Nevada.
Térmicamente se adapta bien a los climas mediterráneos, incluso los continentalizados. Le bastan 350-400 mm de precipitación y tolera hasta los 1000 mm siempre que el suelo no retenga el agua, como ocurre en las zonas calizas. No obstante, no se adapta bien a la aridez del sureste peninsular ni a condiciones de continentalidad extrema o litología marcadamente caliza.
Su adaptación al medio mediterráneo es excepcional, sobre todo a la aridez: gruesa corteza, hojas pequeñas, coriáceas y de color verde oscuro por el haz, donde apenas tienen estomas para reducir la transpiración. Estos se concentran en el envés, protegidos por pilosidades. Las ramas más bajas tienen espinas y a las hojas se les atribuye un heliotropismo negativo para evitar la radiación solar vertical.
El tronco tiene una gruesa corteza protectora y su madera es dura. Se ramifica pronto para conseguir copas globulares donde abunden las ramas bajas para conseguir el máximo de sombra en el suelo, con la intención de protegerlo de la radiación solar y conservar al máximo su humedad. Para buscar el máximo grado de la misma desarrollan también amplias y profundas raíces
d) Especies del bosque caducifolio: el haya, el castaño y el roble, aunque algunos robles son marcescentes. Especies del bosque perennifolio: el alcornoque, la encina, los pinos, el laurel y la sabina.
Causas de la mayor presencia de masas forestales en el norte y oeste peninsular:
*El clima, en relación con el mayor nivel de precipitaciones y menor continentalidad (debido a la influencia marítima) de esta zona frente al mayor índice de aridez y continentalidad en el resto, donde se observa, además, una fuerte sequía estival. Así, la fachada atlántica se caracteriza por una vegetación exuberante, fruto de un clima de temperaturas suaves y precipitaciones abundantes y bien distribuidas.
*El suelo y su aprovechamiento: Una parte importante de la banda occidental peninsular pertenece a la España silícea, con suelos son poco fértiles y muy pobres para la agricultura. Por eso predomina en estas zonas la actividad ganadera y forestal.
En las penillanuras abunda el paisaje de la dehesa, un sistema agrario basado en el aprovechamiento mixto forestal y ganadero: Grandes explotaciones que ocupan suelos mediocres usando encinas y alcornoques (bellota) para alimentar al ganado porcino, ovino o bovino. Las dehesas se extienden por el occidente peninsular y Andalucía.
En zonas de relieve más abrupto, sobre todo en el norte y noroeste peninsular, domina el uso forestal, representado por los hayedos y los robledales. Por eso existe gran coincidencia entre los espacios forestales y las áreas de montaña. Ello es consecuencia de la escasa o nula aptitud agrícola de las montañas y de la repoblación forestal.

PRÁCTICA  4
A continuación aparecen cuatro mapas que representan la distribución de hayas, robles, alcornoques y encinas en el territorio español. En relación con ellos, conteste:
a) Diga el nombre de las provincias donde es importante la presencia del haya. 
b) Qué relación existe entre la distribución de cada una de estas cuatro especies y los caracteres naturales de la Península.
c) Explique qué actividades económicas están relacionadas con el alcornoque y cuáles con la encina. Razónelo brevemente. 
a) Las provincias donde es importante la presencia del haya son: Lugo, Asturias, Cantabria, Burgos, Vizcaya, Guipúzcoa, Álava, Logroño, Navarra, Huesca y Lérida.
b) Relación entre la distribución de las especies y los caracteres naturales de la Península Ibérica.
- El haya es una especie típica del clima de montaña atlántico, que alcanza su óptimo a partir de los 1000 metros de altura (hasta 1700) dado que no tolera el calor y sí el frío y exige gran humedad. Se desarrolla en suelos calizos y silíceos, aun­que prefiere los primeros. Su área principal está en la cordillera Cantábrica y el Pirineo navarro, aunque también hay ejemplos en la cordillera prelitoral Costero-Catalana, en el NO del Sistema Ibérico y en el Sistema Central.
- El roble es una formación vegetal típica del piso basal de los sistemas montañosos (hasta unos 600 metros de altura), dado que tiene poca tole­rancia al frío. Prefiere los suelos silíceos. Es un árbol propio del clima oce­ánico, ya que exige humedad y no soporta veranos calurosos. Algunas subespecies también se encuentran en sistemas montañosos enclavados dentro de la zona de clima mediterráneo, donde la altura mitiga los rigores del verano y eleva las pre­cipitaciones. Por tanto, su área principal se encuentra en Galicia, sector occidental de la cordillera Cantábrica, León y Zamora, Sistema Central, Sierra Morena y algunos sectores del Sistema Ibérico, de la cordillera Penibética y de la Costero-Catalana.
- El alcornoque es un árbol termófilo, por lo que se localiza en zonas de ba­ja altura. Es un árbol propio del clima mediterráneo, pero necesita invier­nos suaves, cierta humedad (superior a 500 mm al año) y suelos silíceos, por lo que se concentra desde el tramo inferior del Duero hasta el Gua­dalquivir, aunque también hay sectores en el sur de Andalucía (de Cádiz a Málaga), en el NE de Cataluña y en Castellón.
- La encina se adapta muy bien a las características del clima mediterráneo, al ser resistente a la sequía, y admite todo tipo de suelos. Se localiza prácticamente por toda la Península y por el norte de Mallorca y Menorca. No obstante, se encuentra también en algunos enclaves aislados de zonas de clima oceánico, generalmente en áreas muy soleadas y resguardadas de vientos fríos.
c) Actividades económicas relacionadas con el alcornoque y la encina
- Actividades económicas relacionadas con la encina: Tradicionalmente se aprovechaba la bellota para el ganado (sistema de dehesas), y su madera, muy dura y resistente, para diversos usos tradicionales (ruedas, carpintería exterior, utensilios), obtención de leña –procedente de las podas- y carbón vegetal, muy apreciado por su buena combustión y su alto poder calorífico. Hoy ha perdido parte de estos usos, salvo el de la bellota para alimentar al cerdo ibérico y la leña.
Actividades económicas relacionadas con el alcornoque: el alcornocal se suele aclarar para explotarse de acuerdo con el sistema de la dehesa; combina su principal aprovechamiento tradicional, la obtención de corcho, con actividades agrícolas y ganaderas que, en sistemas tradicionales, rotan cada cierto número de años. También se aprovechaba para la realización de toneles y para la construcción naval.










TEMA 6:Las regiones biogeográficas

TEMA 6. LAS REGIONES BIOGEOGRÁFICAS DE ESPAÑA
1. FACTORES DE LA DIVERSIDAD BIOGEOGRÁFICA DE ESPAÑA.
La Península Ibérica se caracteriza por una extraordinaria diversidad biogeográfica. La riqueza de especies existentes, a la que hay que añadir la propia del archipiélago canario, es consecuencia de su localización y posición como encrucijada y lugar de convergencia de las influencias atlántica y mediterránea, africana y europea. Todo ello, está realzado a su vez por factores como:
·Climáticamente España se reparte entre cuatro dominios climáticos: templado-frío, templado–cálido, frío (climas de montaña) y subtropical, lo que permite una gran diversidad biogeográfica. El clima mediterráneo es el más extendido y un importantísimo factor de diversidad, tanto por los contrastes estacionales como por las gradaciones espaciales, que permiten la aparición de biotopos diversos.
·La configuración de la península, que contrapone el interior y el litoral, lugares donde es importante la influencia oceánica y otros de acusada continentalidad, creando así una diferenciación climática de claras repercusiones en la vegetación y en la fauna.
·El relieve propicia la aparición de numerosos hábitats, pues independientemente de la variedad topográfica (montañas, depresiones, llanuras…), que crea distintas condiciones biogeográficas, el relieve introduce efectos derivados de la altitud y de la orientación (barlovento-sotavento, solana-umbría), que influyen en las temperaturas, en las precipitaciones, en la humedad, la insolación, etc.
·El suelo es la capa superficial de la corteza terrestre. Se compone de elementos en los tres estados: sólidos (partículas minerales procedentes de la erosión de las rocas y la materia orgánica viva o en descomposición); líquidos (agua) y gases (CO2). En su formación y evolución intervienen una serie de factores: como la naturaleza de la roca madre (suelos silíceos, calizos y arcillosos), el clima (temperaturas y precipitaciones influyen en su formación y evolución), la topografía, los seres vivos… Los grandes contrastes litológicos y la diversidad de los suelos repercuten en la distribución geográfica de las comunidades vegetales y animales, al tener que adaptarse éstas a las condiciones del sustrato.
·La acción humana sobre el medio mediante la introducción de especies (reforestación o repoblación forestal), lo que a su vez provoca la degradación de especies y deforestación. Tengamos en cuenta que la mayor parte de España está actualmente desprovista de la vegetación originaria. Por ello, cuando nos referimos a la vegetación debemos distinguir entre la realmente existente (vegetación secundaria) y la vegetación potencial, es decir, aquella que existiría en condiciones naturales sin intervención humana. La diferencia entre una y otra es una huella palpable de la acción humana sobre el medio y tiene notables repercusiones en la fauna.
En consecuencia, la vegetación y la fauna ofrecen una considerable diversidad y, si bien representan en mayor medida a los ecosistemas mediterráneos, también se hallan presentes en nuestras tierras las comunidades de la Europa atlántica. Lo mismo puede decirse de Canarias, cuya privilegiada situación geográfica permite la existencia de un elevado número de endemismos. 
2. CARACTERIZACIÓN DE LAS REGIONES BIOGEOGRÁFICAS EN ESPAÑA
La flora es el conjunto de especies vegetales de un territorio. En la Tierra existen grandes conjuntos florísticos denominados reinos florales, que se subdividen en regiones. La Península Ibérica forma parte del reino holoártico, que comprende las tierras continentales al norte del trópico de Cáncer y consta de tres regiones florales:
• La región boreoalpina (zonas más elevadas de los Pirineos y la Cordillera Cantábrica).
• La región eurosiberiana (norte de la Península y algunos sectores del Sistema Central e Ibérico).
• La región mediterránea (resto de la Península).
• Pero, además, en Canarias se encuentra otra región denominada la región macaronésica.
2.1. La región boreoalpina. En la montaña, la vegetación se dispone en pisos con formaciones vegetales distintas en función de la altura y de la orientación. Así se suceden el bosque, los matorrales (a partir de la altura donde el frío impide el crecimiento de los árboles), los prados y las plantas rupícolas adaptadas a vivir en las rocas.
2.2. La región eurosiberiana. Se caracteriza por una vegetación exuberante, como corresponde a un clima de temperaturas suaves y humedad abundante y bien distribuida a lo largo del año. Estas condiciones, unidas a las características del suelo, permiten el desarrollo de un bosque caducifolio que alcanza de 25 a 30 metros de altura y cuya frondosidad reduce considerablemente el acceso de la luz solar hasta el suelo, dificultando el desarrollo de los estratos arbustivo y herbáceo.
2.3. La región mediterránea. El principal rasgo de la vegetación es su carácter perennifolio, que deriva de las exigencias de adaptación al medio que impone el clima. El clima mediterráneo presenta una sequía estival muy acusada a la que se han adaptado las plantas desarrollando mecanismos para reducir la evapotranspiración y alcanzar la humedad del suelo. Por eso, la vegetación mediterránea tiene hojas pequeñas y de color cobre, y una raíz extensa y profunda que se hunde vigorosamente en el sustrato.
2.4. La región macaronésica. Sus principales rasgos son la variedad florística y la elevada proporción de endemismos. Esta diversidad procede de la unión en el archipiélago de las influencias del mundo holoártico y mediterráneo con las africanas, mientras que la insularidad ha fortalecido los caracteres autóctonos.
3. FORMACIONES VEGETALES DE LA ESPAÑA PENINSULAR E INSULAR
La vegetación está formada por especies vegetales, de las que en España hay unas 6.500 autóctonas, muchas de ellasendémicas, fruto de la variedad de factores que inciden sobre ella. Estas especies se asocian en formaciones individualizadas por su tamaño y aspecto. Hay tres tipos básicos: el bosque, el matorral y el prado, que tienen distintas características en cada una de las distintas regiones vegetales que –como sabemos– se dan en España.
3.1. Región Eurosiberiana: Se desarrolla en zonas de alta humedad. Coincide con la zona de clima atlántico, es decir, una franja relativamente estrecha en el norte cantábrico y el noroeste atlántico, aunque también podemos encontrarla en zonas de los Pirineos y sistemas montañosos del interior, especialmente Sistema Central y Sistema Ibérico.
El bosque típico es el caducifolio, un bosque cerrado y bien desarrollado, con todos los estratos (arbóreo, arbustivo y herbáceo), donde destacan el  roble y el haya. Además y debido a la introducción y sustitución de especies forestales, encontramos otras especies, como el castaño (Galicia), pino rodeno y sobre todo, el eucalipto, que ocupa grandes extensiones en Galicia y Cordillera cantábrica.
En zonas donde el clima se hace más extremo y con menos  precipitaciones, hace su aparición el llamado dominio submediterráneo, una transición hacia el clima mediterráneo de interior. El bosque  se compone de robles, quejigos, pinos e incluso especies mediterráneas.
La desaparición de robledal y del hayedo en extensas zonas, ha dado lugar a la aparición de diferentes tipos de vegetación: en un primer momento aparece una formación de matorral (landa) a base de acebos, más tarde deretamas y helechos y, por último, de brezos y tojos.
Una formación particular típica de esta zona son los prados naturales, que pueden tener su origen en la falta de agua suficiente para que se desarrolle el bosque o ser el resultado de la degradación de éste. Suelen ser pequeñas extensiones a base de gramíneas.
Los suelos están muy evolucionados y son ricos en materia orgánica. El tipo dominante es la tierra parda. También destacan los suelos tipo rankers y, en menor medida, la terra fusca, sobre calizas duras.
      3. 2. Región Mediterránea: Ocupa la zona del clima del mismo nombre, tanto la costera como la de interior, excluyendo las zonas de montaña.
El bosque climax de esta zona es el perennifolio mediterráneo a base de una importante variedad de especies, incluso en zonas del norte  puede aparecer vegetación eurosiberiana.
El encinar es el bosque más representativo y extendido de esta región. Su base es la encina (Quercus ilex, vulgarmente llamada chaparropero posee  un sotobosque muy complejo a base de arbustos como el madroño, durillomadreselva, brezos… y salpicado de otras especies arbóreas: alcornoques, pinos, algarrobos, acebuches.
Por las penillanuras silíceas del interior y zonas aisladas (Gerona, Málaga, Cádiz…) encontramos el alcornocal, de la misma familia que la encina, ocupa zonas más húmedas. Se asocia con la misma encina, el quejigo (Quercus Faginea)o el castaño y posee un sotobosque más pobre  de especies acidófilas.
Debido a la intensa actuación humana, los bosques de encinas y alcornoques quedan a menudo reducidos a manchas no muy grandes y dispersas. Además,  en zonas degradadas se ha llevado a cabo repoblaciones forestales con pinares (pinos carrasco, piñonero)  así como con eucaliptares que ocupan una gran extensión en la zona del suroeste (provincia de Huelva).
Cuando desaparece el arbolado por degradación, aparece la Garriga, un matorral donde la especie dominante es la coscoja, que convive con jarasbrezos, romeros, tomillos, etc. Si los suelos son ácidos (zonas silíceas), el matorral es llamado maquia, de estructura más densa y cerrada que el anterior, con especies como el brezo, el madroño, la jara, el lentisco,…
Si la degradación continúa aparece la formación que se conoce erróneamente como estepa, que en las zonas más áridas se compone de tomillo, esparto (o atocha), aulaga…, y en las que hay mayor humedad de jarales y los brezales.
Por último en las zonas más áridas del sureste aparece un tipo de estepa, que se conoce como espinal murciano, matorral bajo y discontinuo a base de tomillo, hisopillo, esparto y gramíneas.
En este dominio merece ser destacada una formación paraclimácica o secundaria conocida como dehesa, una forma de transformación humana del medio natural, pero al mismo tiempo donde se ha sabido transformarlo de una forma muy inteligente. Se trata de un bosque ahuecado a base de encinas y alcornoques que mantiene el estrato herbáceo y, parcialmente, el arbustivo, y donde se ha compagina una explotación mixta ganadera, forestal y agrícola. Ocupa sobre todo  la zona de las penillanuras.
Los suelos  de esta región se encuentran muy alterados por la erosión y la acción humana. Presenta diversos tipos según el material donde se asiente:
·       En rocas calizas destacan el suelo rojo mediterráneo, apto para el cultivo y  la terra rossa, que sustenta el matorral o bosques adehesados.
·       En zonas silíceas domina la tierra parda meridional, dedicada a dehesas de  y pastizales pobres.
·       En las arcillas y margas surgen los vertisuelos o tierras negras. Son los más fértiles de España.
·       En las zonas más áridas aparece el suelo gris subdesértico o serosem, muy pobre en humus. .
3.3. Región Macaronésica: Se localiza en las Islas Canarias. La insularidad, localización en un clima subtropical, muy afectado por el Atlántico, y la orografía montañosa, sobre todo en las islas centrales y occidentales, le hace poseer una gran variedad de especies vegetales y endemismos que van desde las propias de una zona desértica (palmeras) hasta las de climas más fríos (pino, sabina). Por ello es necesario estudiar esta vegetación siguiendo el escalonamiento de la vegetación en las montañas, de manera que distinguimos varios pisos:
a) Piso basal, de características claramente subtropicales y áridas. Las especies que aparecen son claramentemegatermas y xerófitas (el cardón, la tabaiba, el tamarindo).
b) Piso intermedio, al aparecer más humedad (vientos alisios) y un descenso en las temperaturas aparecen especies arbóreas endémicas: el drago y la palmera.

 c) Piso termocanario, desde los 800 metros aparece el fenómeno  “mar de nubes”, que aporta una elevada humedad, mientras que las temperaturas siguen descendiendo sin llegar a ser frías, por lo que aparece la laurisilva, un bosque frondoso con gran variedad de especies con dominio del laurel. Cuando este bosque desaparece, la formación de matorral que lo sustituye es el fayal-brezal.
d) Piso mesocanario, cuando las condiciones de temperatura se hacen más frías aparece el pino canario con un sotobosque de retamas y jaras.
e) Piso supracanario, la aridez  y las heladas se acentúan y hacen imposible la existencia de árboles. 
  Los matorrales y prados a base de especies endémicas (retama del Teide, violeta del Teide, tajinaste rojo) son los que dominan.
 Los suelos que en esta zona destacan son volcánicos, sobre todo basálticos y en gran parte improductivos.
    3.4. Reg. Boreoalpina: Se desarrollan en las zonas más elevadas de las montañas, como en la cordillera Cantábrica y en los Pirineos. El factor altitud y su relación con la temperatura, la exposición al sol o a los vientos, hace que la vegetación se escalone en pisos. Para el estudio de esto se utilizan unas representaciones gráficas  llamadas cliseries.
Dependiendo a qué latitud y zona climática se encuentren las distintas montañas  van a darse varios tipos de escalonamiento, pero siempre siguiendo unas pautas:
*Piso basal: aparecerá la vegetación propia de la zona.
*Piso montano inferior: a medida que se asciende aparecen otras especies más adaptadas a la humedad y que no soportan demasiado frío como es el caso de los robles y las hayas.
*Piso montano superior o subalpino: con especies más resistentes a temperaturas bajas (pinares).
*Piso alpino: ante condiciones extremas el bosque desaparece y le sustituye matorral y prados.
*Piso nival: Las únicas especies que pueden colonizar estas zonas altas son musgos y líquenes.
4. LA INTERVENCIÓN HUMANA Y SUS CONSECUENCIAS GEOGRÁFICAS.
España, tanto en la península como en los archipiélagos, posee una gran diversidad biológica: Es el país europeo con mayor cantidad de especies vegetales, siendo muchas de ellas endémicas.
Sin embargo, los daños que el hombre provoca a la naturaleza producen alteraciones de la biodiversidad: desaparición de especies, peligro de extinción de otras, introducción de  especies invasoras que dañan a las autóctonas… Pero los problemas medioambientales son muchos más, destacando la erosión y degradación del suelo, la contaminación de las aguas o la presión urbanística.
Uno de los más graves es el de la erosión y desertización provocada por la destrucción de cubierta vegetal y la desaparición o degradación de los suelos. Ambos hechos suelen ir unidos, pues la pérdida de suelo provoca la disminución de vida vegetal e influye negativamente en la actividad agraria. El problema afecta a 2/3 del territorio español, y gran parte de las zonas costeras mediterráneas, las Islas Canarias, amplias zonas de Andalucía oriental y central y puntos de la Meseta y el valle del Ebro, están sufriendo problemas de desertización y degradación del suelo por las siguientes razones:
·        Malas prácticas agrícolas: Deforestación, roturaciones de suelos frágiles, erosión por laboreo intensivo, mal uso de abonos, fertilizantes, pesticidas y productos fitosanitarios, daños sobre las zonas húmedas…
·       Quema de rastrojos, que protegen el suelo de la precipitación erosiva, facilitan la infiltración del agua, y reducen la evaporación. Su eliminación favorece, por tanto, la erosión.
·       Sobrepastoreo. Cuando las plantas se exponen al pastoreo excesivo, sin dar tiempo a su recuperación.
·       Incendios forestales. Provocan pérdidas de bosques, agresión a la fauna. Las cifras son alarmantes, pues la mitad de los incendios son intencionados o provocados por negligencias.
·       Eliminación de la vegetación autóctona por la introducción de especies nuevas que alteran la cadena biológica y producen trastornos en los ecosistemas.
·       Daños sobre el litoral, sometido a un desarrollo urbano agresivo, especulativo y carente de ordenación.
La degradación del suelo causa la desertificación: progresiva adquisición de la categoría de desierto de un territorio debido a la acción humana, por ejemplo, eliminación de la vegetación natural. Así, la  deforestación producida por las talas abusivas y los incendios forestales, son en España la principal causa de desertificación. Se intenta combatir con la repoblación forestal pero no siempre se ha hecho con buenos criterios (a veces priman los intereses económicos, que llevaron a la extensión de pinos y eucaliptos) y, aunque logra frenar la desertificación lo hace a menudo a costa de la pérdida de biodiversidad.
En general, en España se ha generalizado la preocupación por la conservación medioambiental. Esta tiene su antecedente en la Ley de Parques Nacionales de 1916. En 1975 se promulga la Ley de Espacios Naturales Protegidos, que crea, entre otras figuras de protección, la red de Parques Nacionales y Naturales.  Actualmente está en vigor la Ley de Patrimonio Natural y de la Biodiversidad de 2007.