Se atribuye a Groucho Marx la frase de que "la política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados”. Lo cierto es que en España gobierno y oposición se han convertido en expertos en discutir por el precio de los garbanzos para evitar debatir unos problemas que ninguno quiere afrontar. Sánchez es ya un político amortizado. Quizá tenga sus manos limpias pero su responsabilidad en el nombramiento de los corruptos -creo que la corrupción está en el ADN de los españoles- le hace acreedor de haber cometido "culpa in vigilando". Visto así ya está tardando en dimitir. Con este escándalo se lo han puesto en bandeja al PP. Como dice el refrán, al partido de Feijóo le ha venido Dios a ver. Dios y unos cuantos santos más, sobre todo Santos Cerdán. Y como siempre, el problema se deriva a los ciudadanos, porque partiendo de la base de que la enfermedad existe, ahora el remedio puede ser peor que la enfermedad. Esto nos lleva de nuevo a la alternancia bipartidista, al gobierno de una derecha con un pasado y un presente inundado de corrupción y entregado a las exigencias de una ultraderecha que a la corrupción material le une la moral, la de una ideología podrida y preñada de odio. Olvidemos, por pasados, el caso ERE del PSOE; la trama Gürtel, la trama Púnica, el caso Lezo, el caso Rato, las cuentas en B, los sobresueldos del PP. No pensemos más si Felipe González era la X de Filesa o quién demonios sería ese tal M. Rajoy de los papeles de Bárcenas. Que Koldo, Ábalos y Cerdán invitan a Sánchez a coger carretera y manta está claro. Pero ahora, ¿confiamos en un partido que en la Comunidad de Madrid de Ayuso están siendo investigados el novio y el hermano por tramas de corrupción; en Andalucía, Moreno Bonilla cesa a los interventores que están investigando asuntos de corrupción; el señor Mazón está investigado por financiación irregular; Mañueco tiene dos viceconsejeros recientemente condenados; Rueda mantiene en su cargo a un consejero a pesar de que había sido denunciado... En definitiva, un partido que hoy por hoy tiene 32 causas judiciales en diferentes fases procesales? ¿Obviamos que Vox, su principal aliado, acaba de ser condenado por el Tribunal de Cuentas por financiación irregular? Sólo espero que unos sinvergüenzas no nos hundan la moral, que no empujen a más gente al cinismo y la autolesión, que no den más alas a los cuervos y que éstos no se posen en la percha desde la que nos sacarán los ojos.
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