lunes, 3 de diciembre de 2018

TEMA 6:Las regiones biogeográficas

TEMA 6. LAS REGIONES BIOGEOGRÁFICAS DE ESPAÑA
1. FACTORES DE LA DIVERSIDAD BIOGEOGRÁFICA DE ESPAÑA.
La Península Ibérica se caracteriza por una extraordinaria diversidad biogeográfica. La riqueza de especies existentes, a la que hay que añadir la propia del archipiélago canario, es consecuencia de su localización y posición como encrucijada y lugar de convergencia de las influencias atlántica y mediterránea, africana y europea. Todo ello, está realzado a su vez por factores como:
·Climáticamente España se reparte entre cuatro dominios climáticos: templado-frío, templado–cálido, frío (climas de montaña) y subtropical, lo que permite una gran diversidad biogeográfica. El clima mediterráneo es el más extendido y un importantísimo factor de diversidad, tanto por los contrastes estacionales como por las gradaciones espaciales, que permiten la aparición de biotopos diversos.
·La configuración de la península, que contrapone el interior y el litoral, lugares donde es importante la influencia oceánica y otros de acusada continentalidad, creando así una diferenciación climática de claras repercusiones en la vegetación y en la fauna.
·El relieve propicia la aparición de numerosos hábitats, pues independientemente de la variedad topográfica (montañas, depresiones, llanuras…), que crea distintas condiciones biogeográficas, el relieve introduce efectos derivados de la altitud y de la orientación (barlovento-sotavento, solana-umbría), que influyen en las temperaturas, en las precipitaciones, en la humedad, la insolación, etc.
·El suelo es la capa superficial de la corteza terrestre. Se compone de elementos en los tres estados: sólidos (partículas minerales procedentes de la erosión de las rocas y la materia orgánica viva o en descomposición); líquidos (agua) y gases (CO2). En su formación y evolución intervienen una serie de factores: como la naturaleza de la roca madre (suelos silíceos, calizos y arcillosos), el clima (temperaturas y precipitaciones influyen en su formación y evolución), la topografía, los seres vivos… Los grandes contrastes litológicos y la diversidad de los suelos repercuten en la distribución geográfica de las comunidades vegetales y animales, al tener que adaptarse éstas a las condiciones del sustrato.
·La acción humana sobre el medio mediante la introducción de especies (reforestación o repoblación forestal), lo que a su vez provoca la degradación de especies y deforestación. Tengamos en cuenta que la mayor parte de España está actualmente desprovista de la vegetación originaria. Por ello, cuando nos referimos a la vegetación debemos distinguir entre la realmente existente (vegetación secundaria) y la vegetación potencial, es decir, aquella que existiría en condiciones naturales sin intervención humana. La diferencia entre una y otra es una huella palpable de la acción humana sobre el medio y tiene notables repercusiones en la fauna.
En consecuencia, la vegetación y la fauna ofrecen una considerable diversidad y, si bien representan en mayor medida a los ecosistemas mediterráneos, también se hallan presentes en nuestras tierras las comunidades de la Europa atlántica. Lo mismo puede decirse de Canarias, cuya privilegiada situación geográfica permite la existencia de un elevado número de endemismos. 
2. CARACTERIZACIÓN DE LAS REGIONES BIOGEOGRÁFICAS EN ESPAÑA
La flora es el conjunto de especies vegetales de un territorio. En la Tierra existen grandes conjuntos florísticos denominados reinos florales, que se subdividen en regiones. La Península Ibérica forma parte del reino holoártico, que comprende las tierras continentales al norte del trópico de Cáncer y consta de tres regiones florales:
• La región boreoalpina (zonas más elevadas de los Pirineos y la Cordillera Cantábrica).
• La región eurosiberiana (norte de la Península y algunos sectores del Sistema Central e Ibérico).
• La región mediterránea (resto de la Península).
• Pero, además, en Canarias se encuentra otra región denominada la región macaronésica.
2.1. La región boreoalpina. En la montaña, la vegetación se dispone en pisos con formaciones vegetales distintas en función de la altura y de la orientación. Así se suceden el bosque, los matorrales (a partir de la altura donde el frío impide el crecimiento de los árboles), los prados y las plantas rupícolas adaptadas a vivir en las rocas.
2.2. La región eurosiberiana. Se caracteriza por una vegetación exuberante, como corresponde a un clima de temperaturas suaves y humedad abundante y bien distribuida a lo largo del año. Estas condiciones, unidas a las características del suelo, permiten el desarrollo de un bosque caducifolio que alcanza de 25 a 30 metros de altura y cuya frondosidad reduce considerablemente el acceso de la luz solar hasta el suelo, dificultando el desarrollo de los estratos arbustivo y herbáceo.
2.3. La región mediterránea. El principal rasgo de la vegetación es su carácter perennifolio, que deriva de las exigencias de adaptación al medio que impone el clima. El clima mediterráneo presenta una sequía estival muy acusada a la que se han adaptado las plantas desarrollando mecanismos para reducir la evapotranspiración y alcanzar la humedad del suelo. Por eso, la vegetación mediterránea tiene hojas pequeñas y de color cobre, y una raíz extensa y profunda que se hunde vigorosamente en el sustrato.
2.4. La región macaronésica. Sus principales rasgos son la variedad florística y la elevada proporción de endemismos. Esta diversidad procede de la unión en el archipiélago de las influencias del mundo holoártico y mediterráneo con las africanas, mientras que la insularidad ha fortalecido los caracteres autóctonos.
3. FORMACIONES VEGETALES DE LA ESPAÑA PENINSULAR E INSULAR
La vegetación está formada por especies vegetales, de las que en España hay unas 6.500 autóctonas, muchas de ellasendémicas, fruto de la variedad de factores que inciden sobre ella. Estas especies se asocian en formaciones individualizadas por su tamaño y aspecto. Hay tres tipos básicos: el bosque, el matorral y el prado, que tienen distintas características en cada una de las distintas regiones vegetales que –como sabemos– se dan en España.
3.1. Región Eurosiberiana: Se desarrolla en zonas de alta humedad. Coincide con la zona de clima atlántico, es decir, una franja relativamente estrecha en el norte cantábrico y el noroeste atlántico, aunque también podemos encontrarla en zonas de los Pirineos y sistemas montañosos del interior, especialmente Sistema Central y Sistema Ibérico.
El bosque típico es el caducifolio, un bosque cerrado y bien desarrollado, con todos los estratos (arbóreo, arbustivo y herbáceo), donde destacan el  roble y el haya. Además y debido a la introducción y sustitución de especies forestales, encontramos otras especies, como el castaño (Galicia), pino rodeno y sobre todo, el eucalipto, que ocupa grandes extensiones en Galicia y Cordillera cantábrica.
En zonas donde el clima se hace más extremo y con menos  precipitaciones, hace su aparición el llamado dominio submediterráneo, una transición hacia el clima mediterráneo de interior. El bosque  se compone de robles, quejigos, pinos e incluso especies mediterráneas.
La desaparición de robledal y del hayedo en extensas zonas, ha dado lugar a la aparición de diferentes tipos de vegetación: en un primer momento aparece una formación de matorral (landa) a base de acebos, más tarde deretamas y helechos y, por último, de brezos y tojos.
Una formación particular típica de esta zona son los prados naturales, que pueden tener su origen en la falta de agua suficiente para que se desarrolle el bosque o ser el resultado de la degradación de éste. Suelen ser pequeñas extensiones a base de gramíneas.
Los suelos están muy evolucionados y son ricos en materia orgánica. El tipo dominante es la tierra parda. También destacan los suelos tipo rankers y, en menor medida, la terra fusca, sobre calizas duras.
      3. 2. Región Mediterránea: Ocupa la zona del clima del mismo nombre, tanto la costera como la de interior, excluyendo las zonas de montaña.
El bosque climax de esta zona es el perennifolio mediterráneo a base de una importante variedad de especies, incluso en zonas del norte  puede aparecer vegetación eurosiberiana.
El encinar es el bosque más representativo y extendido de esta región. Su base es la encina (Quercus ilex, vulgarmente llamada chaparropero posee  un sotobosque muy complejo a base de arbustos como el madroño, durillomadreselva, brezos… y salpicado de otras especies arbóreas: alcornoques, pinos, algarrobos, acebuches.
Por las penillanuras silíceas del interior y zonas aisladas (Gerona, Málaga, Cádiz…) encontramos el alcornocal, de la misma familia que la encina, ocupa zonas más húmedas. Se asocia con la misma encina, el quejigo (Quercus Faginea)o el castaño y posee un sotobosque más pobre  de especies acidófilas.
Debido a la intensa actuación humana, los bosques de encinas y alcornoques quedan a menudo reducidos a manchas no muy grandes y dispersas. Además,  en zonas degradadas se ha llevado a cabo repoblaciones forestales con pinares (pinos carrasco, piñonero)  así como con eucaliptares que ocupan una gran extensión en la zona del suroeste (provincia de Huelva).
Cuando desaparece el arbolado por degradación, aparece la Garriga, un matorral donde la especie dominante es la coscoja, que convive con jarasbrezos, romeros, tomillos, etc. Si los suelos son ácidos (zonas silíceas), el matorral es llamado maquia, de estructura más densa y cerrada que el anterior, con especies como el brezo, el madroño, la jara, el lentisco,…
Si la degradación continúa aparece la formación que se conoce erróneamente como estepa, que en las zonas más áridas se compone de tomillo, esparto (o atocha), aulaga…, y en las que hay mayor humedad de jarales y los brezales.
Por último en las zonas más áridas del sureste aparece un tipo de estepa, que se conoce como espinal murciano, matorral bajo y discontinuo a base de tomillo, hisopillo, esparto y gramíneas.
En este dominio merece ser destacada una formación paraclimácica o secundaria conocida como dehesa, una forma de transformación humana del medio natural, pero al mismo tiempo donde se ha sabido transformarlo de una forma muy inteligente. Se trata de un bosque ahuecado a base de encinas y alcornoques que mantiene el estrato herbáceo y, parcialmente, el arbustivo, y donde se ha compagina una explotación mixta ganadera, forestal y agrícola. Ocupa sobre todo  la zona de las penillanuras.
Los suelos  de esta región se encuentran muy alterados por la erosión y la acción humana. Presenta diversos tipos según el material donde se asiente:
·       En rocas calizas destacan el suelo rojo mediterráneo, apto para el cultivo y  la terra rossa, que sustenta el matorral o bosques adehesados.
·       En zonas silíceas domina la tierra parda meridional, dedicada a dehesas de  y pastizales pobres.
·       En las arcillas y margas surgen los vertisuelos o tierras negras. Son los más fértiles de España.
·       En las zonas más áridas aparece el suelo gris subdesértico o serosem, muy pobre en humus. .
3.3. Región Macaronésica: Se localiza en las Islas Canarias. La insularidad, localización en un clima subtropical, muy afectado por el Atlántico, y la orografía montañosa, sobre todo en las islas centrales y occidentales, le hace poseer una gran variedad de especies vegetales y endemismos que van desde las propias de una zona desértica (palmeras) hasta las de climas más fríos (pino, sabina). Por ello es necesario estudiar esta vegetación siguiendo el escalonamiento de la vegetación en las montañas, de manera que distinguimos varios pisos:
a) Piso basal, de características claramente subtropicales y áridas. Las especies que aparecen son claramentemegatermas y xerófitas (el cardón, la tabaiba, el tamarindo).
b) Piso intermedio, al aparecer más humedad (vientos alisios) y un descenso en las temperaturas aparecen especies arbóreas endémicas: el drago y la palmera.

 c) Piso termocanario, desde los 800 metros aparece el fenómeno  “mar de nubes”, que aporta una elevada humedad, mientras que las temperaturas siguen descendiendo sin llegar a ser frías, por lo que aparece la laurisilva, un bosque frondoso con gran variedad de especies con dominio del laurel. Cuando este bosque desaparece, la formación de matorral que lo sustituye es el fayal-brezal.
d) Piso mesocanario, cuando las condiciones de temperatura se hacen más frías aparece el pino canario con un sotobosque de retamas y jaras.
e) Piso supracanario, la aridez  y las heladas se acentúan y hacen imposible la existencia de árboles. 
  Los matorrales y prados a base de especies endémicas (retama del Teide, violeta del Teide, tajinaste rojo) son los que dominan.
 Los suelos que en esta zona destacan son volcánicos, sobre todo basálticos y en gran parte improductivos.
    3.4. Reg. Boreoalpina: Se desarrollan en las zonas más elevadas de las montañas, como en la cordillera Cantábrica y en los Pirineos. El factor altitud y su relación con la temperatura, la exposición al sol o a los vientos, hace que la vegetación se escalone en pisos. Para el estudio de esto se utilizan unas representaciones gráficas  llamadas cliseries.
Dependiendo a qué latitud y zona climática se encuentren las distintas montañas  van a darse varios tipos de escalonamiento, pero siempre siguiendo unas pautas:
*Piso basal: aparecerá la vegetación propia de la zona.
*Piso montano inferior: a medida que se asciende aparecen otras especies más adaptadas a la humedad y que no soportan demasiado frío como es el caso de los robles y las hayas.
*Piso montano superior o subalpino: con especies más resistentes a temperaturas bajas (pinares).
*Piso alpino: ante condiciones extremas el bosque desaparece y le sustituye matorral y prados.
*Piso nival: Las únicas especies que pueden colonizar estas zonas altas son musgos y líquenes.
4. LA INTERVENCIÓN HUMANA Y SUS CONSECUENCIAS GEOGRÁFICAS.
España, tanto en la península como en los archipiélagos, posee una gran diversidad biológica: Es el país europeo con mayor cantidad de especies vegetales, siendo muchas de ellas endémicas.
Sin embargo, los daños que el hombre provoca a la naturaleza producen alteraciones de la biodiversidad: desaparición de especies, peligro de extinción de otras, introducción de  especies invasoras que dañan a las autóctonas… Pero los problemas medioambientales son muchos más, destacando la erosión y degradación del suelo, la contaminación de las aguas o la presión urbanística.
Uno de los más graves es el de la erosión y desertización provocada por la destrucción de cubierta vegetal y la desaparición o degradación de los suelos. Ambos hechos suelen ir unidos, pues la pérdida de suelo provoca la disminución de vida vegetal e influye negativamente en la actividad agraria. El problema afecta a 2/3 del territorio español, y gran parte de las zonas costeras mediterráneas, las Islas Canarias, amplias zonas de Andalucía oriental y central y puntos de la Meseta y el valle del Ebro, están sufriendo problemas de desertización y degradación del suelo por las siguientes razones:
·        Malas prácticas agrícolas: Deforestación, roturaciones de suelos frágiles, erosión por laboreo intensivo, mal uso de abonos, fertilizantes, pesticidas y productos fitosanitarios, daños sobre las zonas húmedas…
·       Quema de rastrojos, que protegen el suelo de la precipitación erosiva, facilitan la infiltración del agua, y reducen la evaporación. Su eliminación favorece, por tanto, la erosión.
·       Sobrepastoreo. Cuando las plantas se exponen al pastoreo excesivo, sin dar tiempo a su recuperación.
·       Incendios forestales. Provocan pérdidas de bosques, agresión a la fauna. Las cifras son alarmantes, pues la mitad de los incendios son intencionados o provocados por negligencias.
·       Eliminación de la vegetación autóctona por la introducción de especies nuevas que alteran la cadena biológica y producen trastornos en los ecosistemas.
·       Daños sobre el litoral, sometido a un desarrollo urbano agresivo, especulativo y carente de ordenación.
La degradación del suelo causa la desertificación: progresiva adquisición de la categoría de desierto de un territorio debido a la acción humana, por ejemplo, eliminación de la vegetación natural. Así, la  deforestación producida por las talas abusivas y los incendios forestales, son en España la principal causa de desertificación. Se intenta combatir con la repoblación forestal pero no siempre se ha hecho con buenos criterios (a veces priman los intereses económicos, que llevaron a la extensión de pinos y eucaliptos) y, aunque logra frenar la desertificación lo hace a menudo a costa de la pérdida de biodiversidad.
En general, en España se ha generalizado la preocupación por la conservación medioambiental. Esta tiene su antecedente en la Ley de Parques Nacionales de 1916. En 1975 se promulga la Ley de Espacios Naturales Protegidos, que crea, entre otras figuras de protección, la red de Parques Nacionales y Naturales.  Actualmente está en vigor la Ley de Patrimonio Natural y de la Biodiversidad de 2007.

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