La brutal crisis económica de 2008 enseñó a los ricos una gran lección: Las crisis son una gran oportunidad para que los ricos se hagan más ricos. Ahora las grandes fortunas engordan exponencialmente, al mismo ritmo que aumenta la desigualdad y la pobreza. Los déficits del Estado y las deudas públicas acaban incrementando las cuentas de resultados de las grandes empresas. Los ricos, no contentos, claman por las bajadas de impuestos y como eso supone menos "ayudas" del Estado para sus negocios (porque lo suyo son ayudas, pero lo que reciben los más desfavorecidos son subvenciones o paguitas) reclaman como posesos más y más recortes. Ahora han decidido trasladar también esta idea de la "crisis benéfica" a la educación. Basta echar un vistazo a nuestro alrededor: aumenta el dinero público a la enseñanza privada mientras se recorta en la pública; se dispara el número de universidades privadas; se crean becas para ricos... Estas medidas acompañan a la crisis de la educación que "certifican" los datos sobre la caída de los resultados educativos. En EE.UU. la pandemia fue una excelente oportunidad para "recortar" gastos en educación por la vía de prolongar el cierre de centros educativos más allá del verano de 2020. Los resultados han sido demoledores sobre un sistema experto, desde hace décadas, en la producción de ignorantes. La debacle se ha cebado sobre todo en la población negra y latina. Quizás eso explique muchas cosas sobre el resultado de las últimas elecciones en EE.UU. Trazado el camino, ahora Trump se dispone a transitarlo con rapidez. Obsesionado en la carrera contra lo que el llama la "hinchazón burocrática", ahora Trump ultima una orden ejecutiva para el cierre, nada más y nada menos, que del Departamento de Educación. Así va cumpliendo paso a paso con el "Project 2025", redactado por la ultraderecha, que ha visto la oportunidad de negocio en el aumento de la ignorancia. Para justificarse Trump ha calificado al Departamento de "gran estafa" y su idea es que la competencia sea de los estados. Los mismos que en 2020 decidieron prolongar por razones económicas la enseñanza no presencial. Con el cinismo habitual de la ultraderecha, Trump ha manifestado que "el experimento de controlar la educación a través de programas y dólares federales, y los burócratas irresponsables que esos programas y dólares apoyan, ha fallado a nuestros niños, nuestros maestros y nuestras familias", así que ha decidido que ahora la controlen unos estados mayoritariamente en manos de sus correligionarios. Es el sueño húmedo de los estados que, por ejemplo, ya habían aprobado leyes que permitían impartir el creacionismo. El Proyecto 2025 pretende desmantelar la financiación de la educación, autorizar la discriminación contra los estudiantes LGBTI, desviaría los fondos de los contribuyentes a las escuelas privadas y potenciaría las prohibiciones de libros y la censura en las aulas. Los quieren ignorantes. Los quieren sumisos.
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