martes, 11 de marzo de 2025

Perder el tiempo en Internet

Hoy en día hay un denominador común entre el hombre de provecho y lo que, técnicamente, viene siendo un haragán: los dos pierden miserablemente el tiempo en internet. Viendo chorradas. El vídeo no musical más visto de la historia de Youtube es un "drama" doméstico en el que un bebé muerde el dedo de su hermano mayor. Imprescindible. La cosa va por edades. Si usted hizo la EGB, creció con La bola de cristal o bailó con la música de Mecano, ¡Felicidades!, pertenece a un selecto grupo de unos 30 millones de españoles que se regodean a menudo con imágenes y comentarios de esa época. Los jóvenes son más prácticos, y cuando no están visualizando videos estúpidos, cultivando su narcisismo enviando selfies o ejerciendo de mirones con los selfies de otros narcisistas, se dedican a visitar páginas web con contenidos de riesgo que muestran cómo autolesionarse, hacer daño a otras personas, cómo estar extremadamente delgado y gilipolleces por el estilo. También son mucho de embobarse con las simplezas y pelotudeces que emanan de los personajes del star system de las redes. Hay gente que no para de unirse a grupos que celebran hechos trascendentes como respirar, ser rubio o haber nacido en Torrelodones. Otros frecuentan con asiduidad los canales sobre reptilianos, marcianos cabezones, la tierra hueca y el control mental a través del consumo de zumo de naranja transgénica. Mi algoritmo, que he conseguido que esté más perdido que el barco del arroz, me ofrece cosas como noticias sobre espiritualidad jasídica, la rama más pintoresca del judaísmo ultraortodoxo; canales de gente que vive en una furgoneta, las opiniones de un crítico de guías telefónicas o tutoriales sobre como pelar correctamente un plátano en sólo diez pasos. Creo que mi algoritmo tiene un grave problema de déficit de atención.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.