Pues ya ha llegado el momento de iniciar una nueva órbita alrededor del Sol. Hemos sobrevivido a las Fiestas, comido nuestra ración sexagesimal de uvas, deseado un año próspero y feliz... Ahora hay que ponerse a la tarea de creernos que empieza algo nuevo, una nueva aventura, una vida nueva. ¡Casi ná! Y atiborrarla de nuevos y buenos propósitos. E intentar no arruinarlos a las primeras de cambio. Y tener claro que el 3 de junio ya no es momento de felicitar el año nuevo. Y acordarse el 7 de enero de retrasar la báscula 3 Kg para no deprimirse. En fin, dedícate a perseguir tus sueños este 2026 . Y si no los alcanzas... consuélate, ¡al menos adelgazas!. Mi truco para que el nuevo año no me decepcione es, primero, saber que es un error esperar que algo te sea otorgado y que, si quieres algo, tendrás que salir a buscarlo. Y, después, creer firmemente que nuestro destino no está en manos de ningún Dios, de ninguna Providencia, de ninguna estrella, sino en nosotros mismos. Nuestro gran error es que recibimos el nuevo año recorriendo nuestra vida, habitación por habitación, elaborando una lista de cosas por hacer, de sueños por perseguir, de deseos por satisfacer, de grietas por remendar. Y lo hacemos, también, intentando olvidar, queriendo deshacernos de la mochila del pasado, quemando nuestras naves. Tal vez este año, para no frustrarnos, deberíamos recorrer las habitaciones de nuestras vidas, no en busca de automejoras, sino pensando cómo podemos contribuir a mejorar la existencia de los que nos rodean. Quizá eso nos haga más felices a nosotros mismos. En fin, no te plantees el vano esfuerzo de mejorar un año entero, escribe en tu corazón que, de lo que se trata, es de mejorar cada día de ese año. Y ánimo, que ya sólo nos quedan 930 millones de kilómetros para empezar una nueva "vuelta". Así que ¡Feliz vuelta al Sol 2026!
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.