domingo, 21 de diciembre de 2025

Mi navidad

En mi Navidad no habita ningún Grinch, aunque puedo prescindir de adornos, luces y villancicos. En mi Navidad está muy bien visto trasmitir buenos deseos y tener buenos propósitos. En mi Navidad se valora mucho el esfuerzo por mostrar nuestro mejor yo, aunque desearía que eso no tuviera fechas. Mi Navidad no quiere ser sólo un sucedáneo de paz, ni deseársela a los hombres y mujeres de buena voluntad sólo con una frase hecha. Mi Navidad desea marcar un tiempo de amor compartido que no tenga fecha de caducidad. Mi Navidad aspira a que la vida sea tan bonita, que no nos haga falta crearnos otras falsas. Mi Navidad cree en repartir con justicia lo que tenemos, y no cree en propinas ni limosnas para calmar conciencias, sino en las acciones solidarias de la buena gente. Mi Navidad no cree en promesas de planes póstumos, quiere que hagamos planes para aquí y ahora donde quepamos todos. Mi Navidad cree en un mundo donde podamos vivir juntos en armonía, sin dejarnos engañar ni autoengañarnos. Mi Navidad entiende que muchos hombres y mujeres se sientan temerosos en su ser y amenazada su tranquilidad y opten como vía de escape por volver a ser niños.

Mi Navidad no piensa en un solo niño, piensa en todos los niños inocentes y desvalidos que hoy sufren. En cualquier lugar. Mi Navidad no piensa solo en un pobre portal, sino en todos los lugares del mundo donde nuestro egoísmo e indiferencia ha sembrado la pobreza. Mi Navidad no piensa en las ofrendas de pastorcillos, sino en el trabajo desinteresado de tanta gente solidaria que en el mundo hay persiguiendo mejorar un poco la vida de los más necesitados. Mi Navidad, cuando mira en un pesebre a María y José, ve también a madres que luchan por mejorar la vida de sus hijos y a padres preocupados por su futuro, porque alguien les pueda arrebatar la dignidad. En mi Navidad solo quiero un regalo: un reloj que sepa detenerse en los mejores momentos de nuestras vidas. En mi Navidad hay espacio para el recuerdo emocionado en los que antes ocupaban las sillas que hoy permanecen vacías pero cuyos dueños nos siguen contemplando y protegiendo.

En mi Navidad sólo expreso un deseo, que mi corazón sea lo suficientemente grande para acoger el recuerdo de todos a los que quiero. La Navidad es lo que cada uno decida crear como reflejo de sus valores, sus deseos, sus sentimientos, sus cariños o sus ilusiones. Mi Navidad sabe que este es un tiempo único para sentirse niño, aunque sólo sea por unos días. Ojalá ese espíritu inocente que habita a los niños permaneciera en nosotros cuando se apaguen las luces de colores.

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