Te deseo que en esta Navidad
el amor y el sentimiento
floten en el aire que respiras,
melodiosos, ingrávidos, tenues y aquietados.
Que la memoria brille con luz propia,
iluminando tu alma,
llenándola de alegría y de paz serena.
Que el peso de la noche
no humedezca las palabras
y que la madrugada se diluya en colores
atrapada por las cálidas miradas
de aquellos que te aman.
Que, como un tiempo nuevo,
despiertes a la mañana
con la tierna luz de un tibio sol
y seas capaz de alimentar tu alma
apenas con la sangre que destila una rosa entreabierta.
Te deseo que des vida a campos yermos,
que desbroces tiempos felices,
reencuentros, añoranzas, abrazos y besos
de cuando eras niño.
Retales de cariño que si te tocan
garantía de presencia dan por vida.
Que nunca permanezca tú ilusión
estacionada en la nada
ni llores la deriva de la desesperanza.
Que tu limpia mirada alcance el cenit
y tu sonrisa sea brisa perfumada.
Te deseo, amigo Lucas, que seas un niño
deseoso de alcanzar la primavera.
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