En su estrategia de hacerse con el poder, como sea, las derechas han aprendido -y explotan- que las catástrofes se convierten en un caldo de cultivo de desafección y de antipolítica. Así, con sus mentiras, el PP contribuye a alimentar su estrategia de oposición al Gobierno mientras oculta su incompetencia e intenta eludir sus responsabilidades. Y Vox, con las suyas, sigue sentado viendo como engorda su nómina de votantes tan cabreados como ilusos. El patrón es calcado. Primero, una catástrofe. Después, una respuesta inadecuada de las administraciones públicas. Y, a partir de ahí, el ruido que lo envuelve todo: acusaciones infundadas, elusión de responsabilidades sobre las competencias propias como táctica de desgaste del adversario y, sobre todo, mentiras y bulos. Decenas de bulos que se esparcen sin control por redes sociales y que se cuelan en discursos políticos, en medios de comunicación y, por tanto, en la gente. Da igual que sean absolutamente disparatados. Cuelan. Con el país ardiendo por los cuatro costados se han viralizado mentiras absolutas como que la responsabilidad de la prevención y lucha contra los incendios es del gobierno central, que la Agenda 2030 prohíbe limpiar los montes, que existe una trama criminal organizada que provoca los fuegos, que -por supuesto- el cambio climático es un invento, que Sánchez ha dejado arder media España por sus intereses con los chinos, que aprovecharían para explotar las tierras raras de las zonas quemadas.. La calaña de los que inventan estos bulos la demuestra un tal Víctor Sa..., uno de esos tipejos que en sus mensajes de X coloca más banderas de España que caracteres. En uno de ellos dice: "Detenido un Menor de Edad por iniciar !!!8 incendios forestales
Ha sido internado en un centro de Menas. Adivina la Nacionalidad". Casi todo es falso. Según el ayuntamiento de Santiago el detenido “no es extranjero” y la Policía Nacional tuiteó que el menor detenido fue ingresado en un Centro de Internamiento de Menores, no en uno de Menas. Pero da igual, estos canallas ya han inculcado en parte de la opinión pública que los inmigrantes vienen a quitarnos el trabajo, a robarnos, a violar a "nuestras" mujeres y, ahora, en sus ratos libres, a quemar nuestros bosques. El resultado es una confusión generalizada, un caldo de cultivo perfecto para la tesis de la antipolítica, piedra angular del discurso de la extrema derecha. Esta, con el insensato y suicida apoyo del PP, solo sabe señalar culpables, siempre inventados, ligar las consecuencias de las catástrofes a todos aquellos que quieren destruir (inmigrantes, servicios públicos, autonomías, acciones contra el cambio climático, Agenda 2030...) y jamás, jamás, proponen soluciones. Salvo que alguien crea que negar la violencia de género, expulsar a los inmigrantes, defender el franquismo, atacar a los homosexuales o multiplicar el dinero para fomentar los toros son buenas soluciones contra las catástrofes. Pero son expertos en exacerbar y canalizar la ira contra el sistema que pretenden echar abajo. Y lo están consiguiendo.
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