viernes, 22 de agosto de 2025

Fascistas y educación

Bukele, presidente de El Salvador, acaba de nombrar ministra de Educación a una capitana general del Ejército. Su principal objetivo declarado es el de "fortalecer la disciplina y el orden de los estudiantes". Para ello militariza la Educación Pública: cortes de pelo adecuados y oraciones a la bandera. Los directores de escuelas e institutos públicos del país estarán obligados a "recibir diariamente a los estudiantes en las puertas de entrada para supervisar que todos los alumnos llevan un "uniforme limpio y ordenado" y un "corte de cabello adecuado". Un gran logro de un presidente fascistoide que usa gorras y jeans en actos oficiales. Mientras, Trump -otro fascista redomado- va a recortar 780 millones de dólares en fondos para investigación médica. Eso después de desmantelar el Departamento de Educación con más de mil despidos, cancelar más de 2.500 millones de dólares en fondos federales para la investigación en universidades, congelar 2.200 millones en subvenciones a Harvard, anular todos los contratos federales con la universidad, impedir la admisión de estudiantes extranjeros o solicitar datos personales de estos alumnos. Y todo acusando públicamente a la universidad de ser un "foco de liberalismo". Trump ataca a quienes imparten la docencia y la forma en la que lo hacen. Ataca a la libertad de expresión y la autonomía institucional. Vance, su vicepresidente, ya advirtió de que "los profesores son el enemigo". En Argentina, Milei -ese fascista enloquecido- inició nada más llegar una cruzada contra la educación pública, a la que acusa de "lavar cerebros" y "adoctrinar". Y para "evitarlo" pone la educación en manos del sector privado, permitiéndole sustentar proyectos de recaudación en las escuelas. Su "biblia" educativa reduce los procesos educativos a las estructuras económicas borrando todo rasgo social en los procesos formativos y machacando el principio de igualdad de oportunidades. Milei hace suyas las palabras de uno de sus diputados, que defendió que los niños no estudien si esa deserción escolar ayuda a la economía de una familia. "Muchas veces -dice el zopenco- puede pasar en la estancia que no te puedes dar el lujo de mandar a tu hijo al colegio porque lo necesitas en el taller para ganar plata". Aquí, Vox propone una educación -preferentemente privada o concertada- basada en los "principios de la familia y la defensa de la unidad de España, con un enfoque en los valores tradicionales, la libertad de elección educativa y el refuerzo del español como lengua vehicular", vamos, la vuelta a la casposa educación del franquismo con Rodrigo Díaz de Vivar como modelo de español de bien. Se nos está quedando un mundo "la mar de apañao".

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