Las opiniones son como los culos, todos tenemos uno y creemos que el de los demás apesta. Pero claro, hay opiniones y opiniones. No entiendo por qué ahora todo el mundo opina de todos los temas todo el tiempo, muchas veces sin tener ni zorra idea de lo que dice. Veo cada vez más gente que tiene la lengua más larga que el conocimiento. Vivimos en la época de la opinión-exprés, el silencio ya no es una opción, no se ve como señal de prudencia. No, hay que opinar sobre todo, "porque tú lo vales", aunque abrir la boca sólo sirva para demostrar tu estulticia. ¿Debe existir el derecho de que cada hijo de vecino tenga una opinión -aunque sea de chichinabo- sobre cualquier tema y que, además, la pueda compartir con otros sin reparo alguno? Espero que no. No, porque intento sobrevivir entre tanta verborrea en una sociedad que glorifica a los bocachanclas. No, porque creo que habría que limitar la exposición pública de los ignorantes, los sectarios y los que creen que eructando sandeces logran su objetivo de no ser menos que nadie. Hazme caso, Federico, dejar de tuitear puede ser para ti una gran revelación. Lo mismo descubres que nadie te echa de menos, que el mundo sigue girando sin tus opiniones. Y lo mismo eso te deja tiempo libre para leer y cultivarte. Pero no sólo tú tienes la culpa. Me sorprende, por ejemplo, la facilidad con la que los periodistas piden opinión a los famosos sobre asuntos que quedan fuera de su negociado. No sé muy bien por qué tengo que escuchar las milongas de un cantante sobre geoestrategia, ni por qué tantos deportistas dan charlas sobre educación, o por qué un torero me tiene que dar la turra con eso de que antes (antes de qué) había más libertad (libertad para qué, para escabechinar toros o para tocarle el culo a una gachí). ¿Qué ha pasado para que cualquier miembro de la farándula se crea con derecho a pontificar sobre las cuestiones más diversas? ¿Desde cuándo las opiniones de Mario Vaquerizo tienen más valor que un chiste del Risitas? ¿Ustedes quiénes son y por qué tenemos que escucharles? Cuando los verdaderos problemas de nuestro tiempo son expuestos y discutidos por el primero que pasa por allí se crea la ficción de que todo no son más que opiniones.
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