Leo en una pintada: "Banesa, Sorra". No me asusta la ortografía. Nuestra sociedad está fracasando miserablemente en la educación de ciudadanos libres, solidarios, responsables, tolerantes y racionales. Sería conveniente plantearnos que la proliferación de zafios borregos no ha sucedido por generación espontánea y que no puede traer nada bueno en el futuro. Y no me refiero sólo a esos zánganos asilvestrados que no necesitan ser adoctrinados por los medios de manipulación masiva, los grotescos payasos del grito y las cloacas más o menos tenebrosas de las redes sociales. A éstos, si la naturaleza les hubiese otorgado el don de la reflexión, podrían haber concluido que a ellos, por ejemplo, lo que les han arrebatado esos inmigrantes que tanto odian, no ha sido el trabajo sino su puesto en las clases de Lengua española. Eso por no hablar de las de Filosofía, Ética o Historia. Letras y ciencias sociales, filosofía y arte contribuyen a que nos conozcamos más y seamos mejores. El gran atributo del hombre es el de interrogarse. Husmear y meter las narices en todos los rincones, rastrear los secretos más recónditos allende sus limitadas dotes perceptivas y sensitivas. Por eso, creo que los que se niegan el saber y la reflexión tienen alguna falla en su humana naturaleza. Sin embargo, a pesar del océano de ignorancia que nos rodea, debemos estar orgullosos del acervo acumulado por la Humanidad en su andadura. Lástima que a cada vez más gente eso le importe un carajo.
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