martes, 15 de abril de 2025

Actividad de riesgo

 Reconozco que, a veces, me expongo voluntariamente a actividades de riesgo, por ejemplo, viendo telediarios. Pues en toda la frente: escucho a un periodista definiendo a Trump como un "liberal conservador". ¡Ni puta idea, oiga! Primero porque en EE.UU. el término "liberal" no coincide con el significado que le damos en Europa y se aplica a la idea de socialdemocracia. Trump, socialdemócrata, qué risa. Pero es que, además, dudo mucho que en su ignorante patanería Trump sepa quiénes son, en el marco de la economía liberal, el economista conservador Milton Friedman o el progresista J. M. Keynes. En economía la práctica de Trump lamina la economía clásica para abrazar el populismo de extrema derecha altamente ideologizado. La política arancelaria de Trump y su secta de acólitos, que sólo buscan su enriquecimiento personal, es una simplificación infantil que no solo no resuelve nada sino que complica la economía mundial y la vida de la gente. Los propios indicadores económicos de EE.UU. han empezado a anunciarlo: el valor en bolsa de sus empresas está cayendo en todos los mercados, los expertos empiezan a hablar de riesgo de recesión y la inflación se va a disparar, como sucede siempre que se coarta la competencia. ¿Creía este imbécil que podría subir aranceles para dar ventaja a su economía sin encontrar respuesta? ¿Qué busca, imponer un modelo autárquico como hizo el franquismo? Los resultados de aquella política fueron una crisis económica casi permanente, continuas devaluaciones de la peseta, la depresión de la producción, la escasez de todo tipo de bienes, la interrupción del proceso de modernización, graves pérdidas materiales, agotamiento de las reservas de oro y divisas, el deterioro de las infraestructuras generales, la escasez de productos básicos, un altísimo grado de corrupción y de especulación... Todo ello conllevó un grave deterioro de las condiciones de vida de los ciudadanos, el crecimiento de la miseria y supuso el retroceso más grave en los niveles de bienestar de la población en los últimos 200 años de historia. Quede esto como una breve lección de historia para los ultras patrios. No, Trump no es ningún salvador de su economía, este  multimillonarios engreído y de dudosa reputación sólo desempeña un papel egoísta y prosaico que incluso pretende resucitar antiguas ansias colonialistas. Y mientras se desata la guerra comercial, el inicia una bochornosa campaña desde la propia Casa Blanca para vender los coches Tesla de su fanático amigo Elon. Supongo que Abascal, ese paniaguado ultraderechista, sin curriculum ni cultura, el títere que rio las gracias al propio Trump en su toma de posesión, estará esperando el suyo. De gorra, sin dar un palo al agua, como todo lo que ha hecho hasta ahora.

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