martes, 15 de abril de 2025

Jano

Jano es el dios romano de las dos caras. Debido a ello tiene una doble personalidad. Una tiende a mentir y otra a decir la verdad. Ambas tienen el mismo objetivo: causar la indecisión y la desgracia en aquellos con los que se encuentra. Creo que Jano debería ser proclamado el patrón de la actual Justicia y aceptar que es el responsable de las decisiones de muchos jueces y la defensa, o el ataque, que muchos crispadores profesionales hacen de ellas. Tenemos sobre la mesa dos ejemplos. Por un lado la condena a cuatro años de prisión y cinco de inhabilitación para ejercer cargo público de la ultraderechista Le Pen, tras ser declarada culpable de desviar fondos del Parlamento Europeo a su partido. Ha sido el punto final de "la semana fantástica de la financiación ultra". Primero supimos que Anticorrupción investigaba a Vox por financiación irregular; después que uno de los alumnos aventajados de Le Pen en nuestro país, el ultra Luis Alvise Pérez, será investigado por un posible delito de financiación ilegal y, por último lo de Le Pen. Mala semana para los salvapatrias de la extrema derecha, esos que se disfrazan de honrados pero sólo esperan el momento para meter la mano en la caja. ¿Y qué hacen estos "defensores" de la Justicia? Pues se reúnen en manada para patearla. Esto gusta mucho a los ultras. Le Pen dice que la condena viola el estado de derecho, su partido se victimiza y ya intentan convertirla en mártir; ponen en duda la imparcialidad de la justicia; los medios próximos a la extrema derecha hablan de "golpe de estado", acusan al tribunal de estar escorado hacia la izquierda y ya planean una "rebelión popular". Como era de esperar, la ultraderecha europea (Orban, Meloni, Salvini, Vox...) y el Kremlin se han volcado con Le Pen. Elon Musk, en su zafio e infinito cinismo ha calificado el fallo como un "abuso del sistema judicial" que "la izquierda radical" utiliza cuando no puede ganar las elecciones. Y Trump, en su egolatría, dice que la condena a Le Pen es un "asunto importante" y la compara con su historial judicial, victimizándose. Otro ejemplo, el de la absolución de Dani Alves, porque "los jueces no se creen a la denunciante". Habría mucho que decir en este asunto, pero es curioso que todos los de la cruzada anti sanchista, todos los que convulsionaron con la "ley del sí, es sí", tras despellejar públicamente a Errejón, andan por las tertulias defendiendo al Tribunal que absuelve a Alves y jurando dar su vida por la "presunción de inocencia". Esperando estoy al juicio y sentencia del ex de Podemos. Si se le absuelve por falta de pruebas, toda esta patulea se pasará dicha presunción por el forro y echará pestes contra el magistrado de turno. ¡Maldito Jano!

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