martes, 15 de abril de 2025

Sociópatas en el poder

 El retorno de Trump al poder ha instaurado en el mundo un sistema que da una vuelta de tuerca más al neoliberalismo salvaje. Es un sistema en manos de sociópatas, psicópatas y desalmados que tienen en común sus enormes fortunas, su narcisismo enfermizo, su total falta de empatía, su desprecio absoluto a la justicia, la igualdad, la diversidad, el diálogo y los derechos humanos más elementales. Es un sistema que grita libertad pero que apesta a fascismo. Un fascismo que hacen cada vez más explícito en sus discursos, propuestas, acciones y hasta sus gestos. Ahí está Musk haciendo el saludo nazi; el vicepresidente de EE.UU., JD Vance, yendo a Alemania en plena campaña electoral para cagarse en la democracia europea y apoyar al partido nazi; o Trump, jaleando delaciones anónimas, redadas salvajes, deportaciones, amenazando la soberanía territorial de otros países, favoreciendo el genocidio palestino, iniciando guerras comerciales o chuleando a sus aliados europeos, a los que trata como vasallos y a los que sólo les deja la opción de someterse a sus lunáticos caprichos. Trump y Musk están triturando la ya maltrecha democracia yanki y llevando al borde del abismo a la del mundo. Están dinamitando el ya precario equilibrio geoestratégico internacional, mostrando un desprecio absoluto hacia sus instituciones: Han recortado brutalmente la financiación a la ONU, dejando en cero a la que atiende a los refugiados palestinos; han retirado a EE.UU. del Consejo de Derechos Humanos y de la OMS, con un discurso negacionista; han desmantelado su Agencia para el Desarrollo Internacional, Trump ha firmado una orden para sancionar al personal del Tribunal Penal Internacional que investigue a ciudadanos de EE UU o de Israel, con el objetivo de dejar impunes sus crímenes contra los derechos humanos; en su negacionismo climático se ha retirado del acuerdo climático global; pretende deportar a los palestinos de su tierra, entregársela a Israel y dar, de paso, un gigantesco pelotazo urbanístico; imponer una paz en Ucrania dejando fuera de las negociaciones al país que ha sufrido la guerra y a Europa, que ha corrido con el coste económico del apoyo a Ucrania y todavía acoge a más de 6 millones de sus refugiados. Ante el nuevo fascismo, Europa sufre un miedo paralizante. De momento, la mayoría de los americanos tienen una fe ciega en su necio y desalmado presidente, como la tenían los alemanes en Hitler y los italianos en Mussolini hasta que, ya demasiado tarde, vieron cómo sus países se precipitaban al abismo y arrastraban al resto del mundo. ¿Está Trump llevándonos a todos al precipicio? Es muy probable, pues esta vez el fascismo tiene de su parte a cada vez más países que, elección tras elección, están cayendo en sus garras. Aterrador.

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