viernes, 18 de abril de 2025

Quo Vadis, Brian

En Semana Santa las buenas costumbres se están perdiendo. Pero yo me mantengo firme en mi fe, renovando mi devoción, y no pienso renunciar a sus mejores tradiciones que llegan con cada primavera. Me refiero, obviamente, a comer torrijas mientras contemplo el paso procesional de joyas como Ben Hur, Quo Vadis o, sobre todo, La vida de Brian. De Quo Vadis me encanta su sentido del cachondeo bíblico-pasional y su maravillosa estética, por muy hortera que parezca. Es un desparrame kitsch de agárrate y no te menees capaz de convencer, tanto al más fervoroso creyente como a quien profese un ateísmo sin fisuras, siempre que estén dispuestos a no tomarse en serio lo que ven en la pantalla. La peli auna el cachondeo bíblico y el golferío romano en Technicolor, con un Peter Ustinov glorioso como Nerón y el inenarrable episodio de la ensalada de leones merendándose a piadosos cristianos en el Coliseo. Obviamos el detallito de que Nerón no sacrificó ningún cristiano en el Coliseo…, más que nada porque cuando murió ni se había comenzado a construir. Pero para mí la joya es La vida de Brian, una sátira genial -casi una burla- de la religión, de la política y, en general, de la sociedad que hemos creado. Una película que hoy sería imposible de hacer pero que sigue muy vigente porque representa a la perfección las contradicciones del presente. Tanto como vender barbas de contrabando, un oficio con bastante sentido en el año 37 si una mujer quería participar en una lapidación. Tanto como el milagro fallido de Jesús al curar a un leproso, que pasa de ser un "leproso con un oficio" a "perder su sustento". ¿Cómo se puede pedir una moneda para un exleproso? También de máxima actualidad la del personaje que proclama: "Desde ahora quiero que me llamen Loretta. Es mi derecho como hombre", aunque se pasa de frenada cuando pretende quedarse embarazado. Y qué me dices del enfrentamiento entre el Frente del Pueblo de Judea, el Frente del Pueblo Judaico y el Frente Judaico Popular. Cómo no ver en ello la compleja ensalada de nombres y valores que condena a la izquierda. Cómo no ver el reflejo de esa derecha negacionista y reinterpretadora de la historia en la frase "Y qué hicieron los romanos por nosotros?". ¿Cómo no aceptar como realidad vigente esa actitud del Frente Popular de Judea de tener la charlatanería como solución? Y, sobre todo, nada más actual que el mensaje final de la película: cuando todo parece que está podrido, ¿qué queda? “Reír y sonreír”. La única solución es no ser un idiota dolorido y silbar para ver el lado bueno de la vida. Porque, como la de Brian, esta se encuentra llena de estupideces.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.