Hace unos años, la Infanta Elena de Borbón dijo en una entrevista que agradecía mucho que su padre el rey Juan Carlos les transmitiera a ella y a sus hermanos “la cultura del esfuerzo”. "Pa reventar, colegas". Esta frase, saliendo de la boca de un Borbón, es un completo despropósito. Como Elena era una estudiante mediocre y quería hacer Magisterio (por descarte de capacidades), la matricularon en una escuela universitaria privada montada por una cuchipandi integrada por el Arzobispado de Madrid junto a 7 congregaciones, 7, religiosas. Pese a tanta asistencia divina, Elenita tuvo que recibir "clases particulares" para acabarlo, y trabajó luego, un ratito, dando clases de infantil en un centro privadísimo "amigo". Total, que acabó "colocadita" como directora de proyectos sociales y culturales de la Fundación Mapfre, sin que nunca se supiese qué demonios hacía allí. Su hermana Cristina parecía un poco más espabilada. Pero no. Y tras sacarse, a saltos, Ciencias Políticas en la Complutense..., le dieron un carguito en la Fundación La Caixa. En cuanto a Felipe, dicen los cortesanos que es el primer rey con estudios universitarios, aunque la peña valora más que sea piloto de helicópteros y aviones de combate, un hacha en navegación trasatlántica (?), un prodigio en el manejo de los carros de combate y un experto en la lengua de Cervantes, como demostró en su mítica frase "... habéis pillado un buen mojón". Podemos añadir que Froilán se pegó un tiro en el pie y que Victoria Federica no madruga porque no quiere. Y todo gracias a la cultura del esfuerzo.
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