miércoles, 29 de octubre de 2025

M"ASCO"N.

 Se le atribuye a Larra la frase apócrifa "Escribir en España es llorar". Muchos años después Luis Cernuda completó la frase de Larra: "Escribir en España no es llorar, sino morir". Hoy lo que hace llorar, morirte de vergüenza ajena y mascar la rabia es leer la prensa. "Mazón asiste al funeral de Estado en contra del deseo de las familias de las víctimas". "Mazón perdona las sanciones a las empresas que pusieron en peligro a sus trabajadores en la DANA". "Mazón se lleva a 160 «palmeros» para que aplaudan su mitin convertido en burla a las víctimas". "Vox tilda de «marketing» el debate sobre la palabra «disminuido»". "El PP vota en contra de impulsar el empleo de los discapacitados". "El rey Juan Carlos vuelve a arrogarse la llegada de la Democracia y blanquea la figura de Franco". "Vox propone dedicarle a Charlie Kirk (el supremacista) un reconocimiento público en Madrid". "Israel dice que vuelve a aplicar el alto el fuego tras matar a más de 100 palestinos en una nueva oleada de ataques en Gaza". "Trump justifica los bombardeos israelíes sobre Gaza en plena tregua: “Habían matado a un soldado, tenían que responder". Y podríamos seguir con titulares que definen a gente infame. Pero, ¿para qué, para seguir llorando?. Entiendo la pena de los periodistas honestos, porque escribir hoy en España es llorar, es buscar voz sin encontrarla, como en una pesadilla abrumadora y violenta. Porque la palabra escrita necesita retumbar. Y hoy la palabra se pierde en el vacío. Pocos parecen escuchar, o al menos entender. Uno percibe que ya no puede escribir ni siquiera para los "suyos". Hoy, escribir de lo que pasa, es sólo tomar apuntes, es dedicar en un libro de memorias, es realizar un monólogo desesperante y triste. Para uno solo. Hoy, ojalá pudiera encontrar una palabra, una sola palabra que desvelara la inmoralidad de Mazón, su ser miserable. Una palabra que le llenará de vergüenza, que infernase su existencia y le llenase de amargura.

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