El mismo origen del sionismo "tiene su aquel" y explica muchas cosas. Como sabéis, Theodor Herzl fue el fundador del sionismo político moderno (que no su primer teórico, pues estuvo antecedido de otros, casi todos rabinos) cuando en su libro "El Estado judío: ensayo de una solución moderna de la cuestión judía", que vió la luz en 1896, propuso que la solución al "problema judío" era la creación de un Estado judío independiente y soberano para todos los judíos del mundo. Ésto cayó como agua de mayo para el naciente nacionalismo judío. Porque, sí, el sionismo es, en origen, otra manifestación del Nacionalismo, esa nueva corriente política que surgió en Europa en el XIX. Curiosamente la idea no fue muy bien recibida en los círculos judíos liberales y asimilacionistas europeos ni en las sinagogas, donde se percibió como "contrario a las enseñanzas religiosas". El contexto explica muchas cosas. Herzl fue un súbdito del Imperio Austrohúngaro, hijo de una familia judía burguesa, acomodada, liberal y de actitudes laicas (el se formó en una escuela Evangélica). Fue un judío "asimilado" que, de joven, frecuentaba círculos que aspiraban a la unificación alemana, para acabar promoviendo el retorno de "la diáspora" judía hacia el actual Estado de Israel. ¿Por qué allí? Una pista: ¿Qué Imperio domina Palestina en esos momentos? ¿Qué intereses tenía el imperio Austrohúngaro respecto a ese imperio en descomposición? Herzl prefería la región de Palestina para la "restitución" del Estado judío no sólo por razones -digamos- religiosas. Él mismo lo explicaba: "nuestra siempre memorable casa histórica allí formaría parte de una muralla de Europa contra Asia, un puesto de avanzada de la civilización frente a la barbarie". No hace falta decir los sentimientos que Herzl albergaba hacia los otomanos y, por extensión, hacia los musulmanes. En todo caso, Herzl, ¿en qué quedamos? ¿Unificamos la patria germana y asimilamos a los judíos, o nos los "sacudimos" de encima, los largamos a Palestina, jodemos a los otomanos y creamos otro "estado tapón" que proteja las "nuevas tierras" arrebatadas al moribundo imperio otomano? Herzl llegó a afirmar "Los antisemitas se convertirán en nuestros más firmes amigos, los países antisemitas en nuestros aliados.” Quizá porque los judíos antisionistas pensaban que el sionismo compartía con los antisemitas la vieja “solución” a la Cuestión Judía, es decir, la "expulsión" de los judíos de Europa. A mí juicio Herzl fue una contradicción andante, o un discípulo aventajado de Maquiavelo, o un cínico de libro, o todo lo anterior. Herzl empezó a reunirse en 1903 con infames antisemitas como el ministro ruso del interior Vyacheslav von Plehve, encargado de supervisar los pogromos antijudíos en Rusia. Buscaba deliberadamente una alianza. La infame Declaración Balfour -otro antisemita de libro- de 1917 para crear en Palestina un "hogar nacional" para el "pueblo judío", se concibió, entre otras cosas, para frenar el apoyo judío a la Revolución Rusa e impedir la oleada de nuevos inmigrantes judíos no deseados hacia Gran Bretaña. Conviene recordar éstas, y otras muchas cosas, a la hora de ubicar a sionistas y antisemitas, pues parece que en ocasiones forman parte del mismo tronco. ¿Cómo, si no, entender el inquebrantable apoyo al genocidio palestino de esas ultraderechas que siguen negando el holocausto judío o glorificando el nazismo?
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