PP y VOX -tanto monta, monta tanto- han aprobado una proposición en el Ayuntamiento de Madrid para informar a las mujeres sobre el "trauma post aborto", algo no reconocido científicamente pero muy cacareado por los colectivos antiabortistas. Es otra de esas campañas de la ultraderecha con un doble objetivo: atacar derechos de las mujeres e imponerle a la sociedad los temas de los que "debe hablar". En 2023 fue el turno de intentar obligar a las mujeres que querían interrumpir su embarazo a escuchar el "latido fetal". Es lo de siempre. Querer imponer tus ideas, tus creencias religiosas, tus dogmas, a toda la sociedad. Y de paso "poner a las mujeres en su sitio". Ellos no pretenden paliar el "trauma", ni anterior ni posterior, que el aborto puede provocar, ellos quieren traumatizar a las mujeres con chantaje emocional y coacciones. Yo, simplemente, les daba su propia medicina. Les obligaría, por ejemplo, a escuchar en bucle los gritos de las mujeres maltratadas, violadas o asesinadas que sufren la violencia machista. A ver las fotografías en 3D de mujeres amoratadas por las palizas; de los cadáveres golpeados, desmembrados, rajados, tiroteados o abrasados por sus parejas. Y decirles: tiene que ver con el machismo, no con la familia. Les haría ver día y noche los ahogamientos de hombres mujeres y niños después de hundirse una patera. Les haría escuchar el sonido de las bombas y ver las imágenes de las masacres y las guerras, del hambre y la pobreza que sufren los migrantes a los que criminalizan. Les haría sentir la angustia de las lesbianas y gays a los que insultan y agreden. Les haría copiar cien veces los relatos de los cientos de miles de fusilados en una cuneta, de los "paseados", de las violadas, de los torturados y represaliados por el régimen franquista al que siguen defendiendo. Les haría vivir una semana con una familia pobre y otra con una desahuciada. Les haría vivir un mes con la pensión de muchos ancianos; acompañar a un padre de familia a hacer una cola del hambre; escuchar a una madre explicarles a sus hijos porqué no puede darles un bocadillo para el recreo; darles una manta y un braserillo para soportar el frío del invierno. Quizás después no se ocuparían tanto del aborto y se preguntarían, por ejemplo, por qué se oponen a la subida del salario mínimo, las pensiones o el impuesto a bancos y eléctricas. Y, de camino, les aconsejaría dar un repasito a los Evangelios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.