jueves, 20 de noviembre de 2025

Para Javier

Amigo Javier, supongo que te refieres a la cama que tubo que soportar sin necesidad el peso del innombrable. A mí, el día de su descenso a los infiernos me trae buenos recuerdos. Yo estaba en 7⁰ de EGB, ese día tenía un control de Lengua -que no había preparado- y, además, nos dieron dos días sin clase para apedrear perros y comer castañas asadas. ¿Qué más se puede pedir?La pena es que Gardel se quedó corto. Y, no 30, sino que 50 años tampoco no son nada. Me produce una enorme tristeza ver ahora a tantos y tantos jóvenes que, sin conocimiento ni vergüenza, dicen eso de que "con Franco se vivía mejor". Y yo digo, "pues claro, vivir con Franco en El Pardo era bastante mejor que vivir en cualquier otra parte de esa España que él hizo su cuartel y su capilla, su pabellón de caza y su plaza de toros, su finca y su psiquiátrico para tenerla callada, acomplejada, lejos del mundo, conforme en su ignorancia y resignación. Pero no son solo los jóvenes, cuánta gente un poco mayor que nosotros, o sus hijos, de los que vivieron la dictadura, ya no sienten la vergüenza de haber sido entonces sumisos, e incluso experimentan el orgullo de haber "prosperado" en un régimen explotador, aunque fuera a costa de bajar la cabeza ante el cura, el militar y el patrón, sobre quienes se sustentaba ese régimen fascista. Estarás conmigo que el adoctrinamiento, el miedo, la muerte, y ahora la ignorancia y la desmemoria hicieron bien su trabajo.

Pero ya vamos con retraso con la celebración, pues leí ayer que el embalsamador del tito Paco tiene claro que falleció el 19 de noviembre y que se retrasó un día para hacer coincidir la fecha con la del fusilamiento de Primo de Rivera.

Celebra rápido porque, como suele decirse, no hay quinto malo y tras la celebración de Halloween, del cumpleaños de Leonor, del 40 aniversario de la jura de bandera de su puñetero padre y del 50 aniversario de la mudanza de Paquito el Ferrolano al jardín de los quietos, pronto comenzarán a darnos la matraca sobre la conmemoración del cuadragésimo séptimo aniversario de la aprobación de la Constitución, ese sacrosanto documento para todo español de bien que -como El Quijote- no se ha leído ni el Tato, salvo que haya opositado a un puesto en la administración. Aunque -no lo olvid s- este año el evento estará solapado por el de la celebración del quincuagésimo cumpleaños de la "segunda restauración monárquica", esa a la que algunos gañanes intelectuales, sin tener ni pajolera idea, califican de "momento de la vuelta de la democracia". Supongo que sabes que muchos chupamedias de espíritu servil ya han contraído una grave luxación de espalda de tanto ensayar sus genuflexiones, mientras que la plebe aduladora, entregada a la causa principesca, se está reuniendo en polideportivos, canchas de pádel, polígonos industriales y descampados varios para ensayar sus cánticos de apoyo a la Corona. Según he escuchado en radio Pirenaica los preferidos son: "Juan Carlos, machote, regresa ya, cipote"; "ao, ao, ao, Felipe el preparao" y "Leo, chulapa, guapa, guapa y guapa". Cuando pienso en nuestra séptima constitución, me acuerdo de la frase del Conde de Romanones: "ustedes hagan la ley, que yo haré el reglamento". Esa Constitución sobre la que muchos cagalindes, con la lengua más larga que el conocimiento, siguen diciendo que "nos la dimos todos los españoles". ¿Todos? ¿Saben estos zotes que en el referéndum, entre los que se quedaron en su casa, los que dijeron que nones y los que votaron en blanco o nulo, casi sumaron 10 millones? Y, sobre todo, ¿se han parado a pensar que hoy apenas viven 10 millones de españoles de los que "pudieron" votar aquella Constitución? Ya sólo nos falta que cualquier mangurrián nos diga que es de bien agradecidos celebrar las bodas de oro de una monarquía que votamos cero españoles.

En fin, te dejo, que supongo estás muy ocupado leyendo ávidamente -no sé si en occitano o en bretón, por no esperar a que se publiquen en castellano- las memorias del Campechano. Que, por cierto, ¿se llaman "Reconciliación" o "Recochineo". Querido Javier, debe ser la edad pero confundo las palabras. Escucho: "con Franco vivíamos mejor", y yo entiendo: "Con Franco vivíamos mojón".

Un fuerte abrazo. Espero que nos veamos pronto y podamos brindar por las efemérides del 20 o el 19 de noviembre. Total por un día. La única pena es la de la cama.

 

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